En Nosotros en la noche, Kent Haruf nos regala una historia mínima, delicada y profundamente humana que transcurre en el pequeño pueblo ficticio de Holt, Colorado -el escenario habitual de su obra-. Con una prosa sobria y sin adornos, Haruf aborda temas universales como la soledad, la compañía y la posibilidad del amor en la vejez.
La novela comienza con una propuesta tan sencilla como insólita: Addie Moore, una viuda septuagenaria, le propone a su vecino Louis Waters, también viudo, que duerma con ella por las noches. No busca sexo, sino conversación, cercanía, el consuelo de no dormir sola. A partir de ese gesto valiente y tierno se despliega una relación íntima y serena que desafía convenciones sociales y familiares.
Haruf narra con una contención admirable, dejando espacio al lector para habitar los silencios y las emociones que no se dicen en voz alta. Los diálogos son escuetos pero cargados de sentido. La acción es mínima, pero cada pequeño acontecimiento revela capas de profundidad emocional y verdad humana. La traducción de Cruz Rodríguez Juiz mantiene esa sobriedad y transparencia del original, logrando una lectura fluida y emotiva.
Pese a su brevedad, apenas 128 páginas, Nosotros en la noche deja una huella perdurable. No sólo por la historia de amor tardía que narra, sino por la ternura con que retrata a dos personas que, frente al juicio de los demás y las convenciones sociales, se atreven a buscar consuelo en el otro. Es una novela sobre lo que queda cuando todo parece haber pasado, y sobre cómo, incluso entonces, la vida puede ofrecer nuevas formas de belleza y afecto.
Una joya breve, conmovedora y necesaria.
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Louis Waters y Addie Moore llevan gran parte de su vida siendo vecinos en la apacible localidad de Holt, en Colorado. Ambos enviudaron hace años y acaban de franquear las puertas de la vejez, por lo que no han tenido más opción que acostumbrarse a estar solos, sobre todo en las horas más difíciles, después del anochecer. Pero Addie no está dispuesta a conformarse. De la forma más natural, decide hacer una inesperada visita a su vecino: «Me preguntaba si vendrías a pasar las noches conmigo. Y hablar...». Ante tan sorprendente propuesta, Louis no puede hacer otra cosa que acceder.
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