miércoles, 11 de febrero de 2015

Leído: También esto pasará de Milena Busquets

Milena Busquets, También esto pasará. Barcelona: Anagrama, 2015. 176 p.

Desde hace unos días uno de los libros más vendidos es este de Milena Busquets, la hija de Ester Tusquets, la editora de Lumen. De su madre me leí allá por el 2011 Confesiones de una vieja dama indigna, y en esta obra explicaba el porqué su editorial se llamaba Lumen, y la de su cuñada Beatriz de Moura Tusquets Editors, y es que este lio con los nombres, les ha acompañado toda la vida. Yo lo reconozco soy más de Tusquets que de Lumen, de hecho si pusiésemos todos los libros que he ido leyendo a lo largo de mi vida, se vería un amplio espectro de color negro, el color emblema de la editorial.

Pero volvamos a Milena Busquets, y su novela sobre el duelo a raíz de la muerte de su madre. Esta novela explica la vida de Blanca (alter ego de Milena Busquets) desde el momento del entierro de su madre hasta la vuelta de vacaciones de verano en Cadaqués, todo aderezado con mil recriminaciones y el sentimiento constante de que continúa siendo una niña y que nada hará que crezca, a pesar de la falta de la madre. Esa madre maravillosa y diferente que hizo que su vida fuese tan excitante y autentica. Quizás el mejor momento de la novela es cuando su amiga Helena la define perfectamente hacia la parte final del libro como una pija catalana que siempre ha tenido las cosas muy fáciles y que en el fondo no quiere a nadie, ya que eso de pasar las vacaciones con dos exmaridos (por muy padres de sus hijos que sean), y su actual amante, no es precisamente demasiado normal. Además la indolencia que muestra en toda la novela hacia sus hijos, que son más cuidados por la canguro que por ella, me parece tan mal, que le daría un par de bofetadas. Y luego la exaltación de su Cadaques como el sueño dorado de su juventud, y haciendo ver que todo el mundo tiene que amar Cadaques, me parece exagerado, yo he estado una única vez y me dio la sensación de parque temático para adultos, tipo Venecia, quizás tuvo encanto en los años 60 y 70 cuando se convirtió en el retiro dorado de los hippies del momento, pero ahora no deja de ser el sitio del postureo (para demostrar que ganas mucho dinero) y el enorme parque temático veneciano catalán (junto con Roses).

Una novela que lee muy rápidamente y que te hace reaccionar respecto a los comentarios de la autora respecto a muchos temas, al menos ha sido mi caso, y te hace recordar constantemente a Ester Tusquets, de la que quiero recuperar y leer alguna obra suya.

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Frases:
Tal vez el sentimiento más elevado que se pueda sentir por otra persona sea el respeto, más que el amor o la admiración.


Creo que es un buen tío, aunque eso nunca se sabe hasta que necesitas pedirle un favor a alguien, hasta que llega el momento de tomar partido, que siempre llega,…

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Cuando era niña, para ayudarla a superar la muerte de su padre, a Blanca su madre le contó un cuento chino. Un cuento sobre un poderoso emperador que convocó a los sabios y les pidió una frase que sirviese para todas las situaciones posibles. Tras meses de deliberaciones, los sabios se presentaron ante el emperador con una propuesta: «También esto pasará.» Y la madre añadió: «El dolor y la pena pasarán, como pasan la euforia y la felicidad.» Ahora es la madre de Blanca quien ha muerto y esta novela, que arranca y se cierra en un cementerio, habla del dolor de la pérdida, del desgarro de la ausencia. Pero frente a este dolor queda el recuerdo de lo vivido y lo mucho aprendido, y cobra fuerza la reafirmación de la vida a través del sexo, las amigas, los hijos y los hombres que han sido y son importantes para Blanca, quien afirma: «La ligereza es una forma de elegancia. Vivir con ligereza y alegría es dificilísimo.» Esta y otras frases y el tono de la novela, tan ajena a cualquier concesión a lo convencional, evocan aquella Bonjour tristesse de Françoise Sagan, que encandiló a tantos (y escandalizó a no pocos) cuando se publicó en 1954. Todo ello en el transcurso de un verano en Cadaqués, con sus paisajes indómitos y su intensa luz mediterránea que lo baña todo.


Milena Busquets transforma en literatura vivencias personales y partiendo de lo íntimo logra una novela que rompe fronteras y se está traduciendo con inusitada rapidez a las principales lenguas, como el inglés, el francés, el alemán, el italiano y el portugués. Y lo logra porque a través de la historia de Blanca y la enfermedad y muerte de su madre, a través de las relaciones con sus amantes y sus amigas, combinando prodigiosamente hondura y ligereza, nos habla de temas universales: el dolor y el amor, el miedo y el deseo, la tristeza y la risa, la desolación y la belleza de un paisaje en el que fugazmente se entrevé a la madre muerta paseando junto al mar, porque aquellos a quienes hemos amado no pueden desaparecer sin más.

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