Hay historias más conseguidas que otras, pero la sensibilidad de Almudena Grandes para conseguir que nos identifiquemos, hace que en su lectura siempre tengamos el corazón en un puño.
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¿Qué puede llegar a ocurrirles a los vecinos de un barrio cualquiera en estos tiempos difíciles? ¿Cómo resisten, en pleno ojo del huracán, parejas y personas solas, padres e hijos, jóvenes y ancianos, los embates de una crisis que “amenazó con volverlo todo del revés y aún no lo ha conseguido”? En la peluquería, en el bar, en las oficinas o en el centro de salud, los protagonistas vivirán momentos agridulces de una solidaridad inesperada, de indignación y de rabia, pero también de ternura y tesón. Y aprenderán por qué sus abuelos les enseñaron, cuando eran niños, a besar el pan.
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