El cuarto volumen de la saga Blackwater, titulado La guerra, continúa explorando los conflictos y secretos de la familia Caskey en Perdido, Alabama, mientras lidian con las tensiones de la Segunda Guerra Mundial. En esta entrega, McDowell desplaza el foco narrativo hacia los personajes femeninos, especialmente Miriam y Frances, cuya relación se desarrolla a través de sus marcadas diferencias. Al mismo tiempo, Elinor, el personaje central de la serie, sigue consolidando su poder, mientras que los hombres de la familia quedan relegados al margen de la historia.
La novela mantiene la atmósfera gótica y el drama familiar característicos de la saga, aunque con un ritmo más pausado respecto a los libros anteriores. Sin embargo, es una pieza clave para desentrañar los misterios de Perdido y preparar el escenario para la conclusión de la serie. La narrativa de McDowell combina elementos sobrenaturales con retratos realistas de las dinámicas familiares, ofreciendo una lectura intrigante y emocionalmente compleja. Aunque algunos lectores lo consideran menos impactante que sus predecesores, sigue siendo una experiencia adictiva y fascinante para los seguidores de la saga.
La saga Blackwater ha sido destacada por su mezcla única de horror, intriga y drama, lo que la convierte en una obra imprescindible para los amantes del género y de las historias bien construidas. La guerra es un punto de inflexión que deja entrever secretos largamente esperados y mantiene la expectativa para las entregas finales.
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Comienza una nueva era para el clan Caskey: la persistencia y el trabajo duro de Elinor en Perdido por fin parecen dar sus frutos. Su control arraiga en los hogares de un pueblo que en el pasado desconfió de sus intenciones. Sus enemigos, poderosos antaño, decrecen en número y pierden fuerza. El conflicto armado en Europa trae sangre nueva a Perdido. En las tierras de los Caskey, los hombres van y vienen como marionetas. No saben que sus vidas penden de un hilo.
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