lunes, 23 de junio de 2025

Leído: La Península de las casas vacías de David Uclés

La Península de las casas vacías - David Uclés. Madrid : Siruela, [2024]. 695 p.

Leído para el club de lectura de bibliotecarios por el mundo.

La Península de las casas vacías, la primera novela de David Uclés, se ha convertido en uno de los fenómenos editoriales del año en España. Con una extensión de casi 700 páginas, esta obra monumental propone una mirada ambiciosa, lírica y profundamente emotiva sobre la Guerra Civil, a través de una familia ficticia —los Arlodento— que sirve de espejo coral de una época marcada por la tragedia, la violencia y la pérdida.

Ambientada en una Iberia imaginada que remite claramente a España, sin nombrarla de forma directa, la novela recorre distintos escenarios y batallas fundamentales del conflicto —el Jarama, el Ebro, Guernica—, con una voz narrativa que oscila entre la crónica histórica y el realismo mágico. No es raro que muchos hayan comparado su tono y estructura con autores como Gabriel García Márquez, aunque el humor absurdo y los guiños fantásticos recuerdan más a veces a José Luis Cuerda. La prosa de Uclés destaca por su capacidad de evocar atmósferas con un lenguaje poético y sensorial, cargado de simbolismo, como en el episodio del “rito de la piedra negra”, donde lo mítico y lo real conviven de forma natural.

Uno de los recursos más singulares del libro es la presencia de un narrador que no sólo cuenta, sino que interviene en la historia, se relaciona con los personajes y rompe la cuarta pared. Esta elección aporta frescura y originalidad, y permite a Uclés explorar tanto la memoria histórica como el presente desde una posición reflexiva, sin pretender una objetividad falsa.

La novela, que se estructura en capítulos breves y fragmentarios, va tejiendo con paciencia un tapiz familiar donde conviven más de cuarenta personajes. A través de ellos, el autor despliega los múltiples rostros del dolor: la violencia fratricida, los fusilamientos, los destierros, la represión sexual y religiosa, pero también la esperanza, la resistencia íntima y los vínculos invisibles que mantienen unida a una familia incluso en el desastre. Sin caer en maniqueísmos simplistas, Uclés critica tanto los excesos del bando franquista como las tensiones internas del lado republicano, aunque es evidente una mayor simpatía por las víctimas de la represión y por quienes fueron silenciados.

Pese a su densidad y a la abundancia de personajes, la novela mantiene el interés gracias a un equilibrio entre emoción, intriga y belleza literaria. El lector no sólo asiste a los hechos históricos, sino que los vive desde dentro, a través de unas voces profundamente humanas, llenas de matices. El resultado es una novela-río, íntima y épica a la vez, que recupera la memoria sin sermones ni consignas, dejando espacio para la poesía, la ironía y el duelo colectivo.

La Península de las casas vacías no es solo una novela sobre la guerra: es, sobre todo, una meditación sobre la ausencia, el desarraigo y la necesidad de contar aquello que no debe olvidarse. Una ópera prima que, por su ambición, su lenguaje y su mirada ética, se sitúa desde ya como una de las ficciones más relevantes de los últimos años.

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He aquí la historia de la descomposición total de una familia, de la deshumanización de un pueblo, de la desintegración de un territorio y de una península de casas vacías. He aquí pues la historia total de la Guerra Civil española y de una Iberia agonizante donde lo fantástico apuntala la crudeza de lo real; donde los anónimos miembros de un extenso clan de olivareros de Jándula cruzan sus destinos con los de Alberti, Lorca y Unamuno; Rodoreda, Zambrano y Kent; Hemingway, Orwell y Bernanos; Picasso y Mallo; Azaña y Foxá; donde lo épico y lo costumbrista se entrelazan para tejer un portentoso tapiz, poético y grotesco, bello y delirante.

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