En Rotunda, Candela Sierra traza con delicadeza y humor el retrato de Brisa, una joven licenciada en Bellas Artes que, convencida de su talento, trabaja como camarera porque no encuentra un empleo que honre su formación. La vida de Brisa da un vuelco cuando consigue un contrato en un estudio de arquitectura llamado Rotunda, especializado en diseñar rotondas. Este giro parece ofrecer por fin la oportunidad de soñar: trabajar en algo creativo, profesional, serio.
Pero no todo es lo que parece. Al poco de comenzar, Brisa percibe que la atmósfera de entusiasmo, motivación y “buen rollo” en la empresa esconde una red más oscura: manipulaciones sutiles, dinámicas de poder poco éticas, prácticas laborales cuestionables. El jefe de la compañía ejerce su autoridad con una mezcla de cinismo y carisma, y el estudio no es tanto un templo del diseño como un escenario de control neoliberal.
A lo largo de la narración, Brisa se debate entre la ilusión de su trabajo soñado y el coste real de pertenecer a un proyecto en el que los valores proclamados, creatividad, innovación, bienestar laboral, conviven con prácticas machistas y explotadoras. Sus aspiraciones chocan con las grietas de un sistema que ha adoptado un barniz moderno: neologismos, tendencias, discursos inspiradores… pero que, por dentro, repite viejas estructuras de desigualdad.
Una novela gráfica, primer trabajo de Sierra, con un estilo visual que refuerza la reflexión: se respira cierta serigrafía antigua, gestos silenciosos, miradas contenidas, frases que pesan más que las palabras explícitas. No es solo una denuncia directa, sino un testimonio con alma: un fresco laboral, social y emocional, en el que la rotonda del título funciona casi como un símbolo, el uroboros de una maquinaria circular donde unos pocos se enriquecen mientras otros giran y giran tratando de avanzar.
Sierra, con mucha solvencia, articula esta fábula crítica sobre el neoliberalismo moderno: no sólo como sistema económico, sino como mentalidad interiorizada, donde “empresas felices”, “empowerment” y “creatividad compartida” ocultan viejas dinámicas de explotación. La historia de Brisa es, en ese sentido, también una llamada a la conciencia: para mirar más allá del brillo de las promesas y enfrentarse al precio real de nuestros sueños laborales.
Ganadora del Premio València de Novela Gráfica en 2022, Rotunda no es solo una obra de denuncia: es una invitación a preguntarnos qué significa realmente “trabajar con propósito” y cuánto estamos dispuestos a pagar por ello. La sensibilidad de Sierra, su mezcla de crítica social, humor, trazo cuidado y personajes creíbles, hacen de esta novela gráfica una lectura poderosa y necesaria.
---Premis V Premio València de Novela Gráfica

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