"El revés y el derecho" es el retrato íntimo de un joven Albert Camus que, desde la periferia soleada de Argel, observa el mundo con ojos hambrientos de sentido y de justicia. Los ensayos recogen escenas luminosas de su infancia: la madre callada, la pobreza digna, los barracones donde la luz entra como el único lujo posible y cada caricia del sol en la piel compensa la falta de palabras.
El narrador recuerda a su madre trabajando en silencio, a los vecinos que arrastran la vida como si fuera una piedra suave bajo la que aún brilla el amor. Hay excursiones que llevan a Camus a descubrir el mar, las montañas y los paisajes humildes de Baleares y Europa Central, y cada viaje se convierte en una oportunidad para mirar de frente la tristeza, la soledad y también la esperanza.
Camus escribe como quien pone la mano sobre el pecho para buscar el latido oculto: no idealiza la miseria, pero encuentra en ella una riqueza invisible, una fuerza que lo empuja a buscar la belleza en los rincones más olvidados de la ciudad y del corazón humano. Su lenguaje es sencillo y sensual, tocado por el sol africano y la gratitud de estar vivo entre los pobres dignos, los ancianos sabios, los trabajadores callados, siempre con la certeza de que el reverso de la vida es tan importante como el derecho.
En el prefacio, Camus se despide de aquel joven que fue, reconociendo que en esos textos tempranos está el germen de su literatura y de su lucha: la defensa obstinada de la fraternidad, la compasión y la resistencia ante la injusticia y el dolor del mundo. "El revés y el derecho" es, así, la primera confesión de una voz que nunca dejará de buscar sentido y belleza en medio del polvo y la luz de la existencia cotidiana."El revés y el derecho" acompaña a un joven Albert Camus que recorre las calles de Argel bajo el sol abrasador, sintiendo el peso silencioso de la pobreza pero también el gozo intenso de la luz. Camus observa a su madre, figura central y silenciosa, cuya dignidad brilla más fuerte que cualquier penuria. La rutina es humilde y sin palabras, pero la caricia de la luz convierte cada momento en algo sorprendentemente hermoso.
Camus sale, viaja y se enfrenta a escenarios diversos: las montañas de Argelia, los paisajes de Baleares, las ciudades austeras del centro de Europa. En cada trayecto, enfrenta el lado oscuro de la vida —la tristeza, la soledad, la vejez—, pero no lo hace con amargura, sino con una mirada compasiva a quienes, a pesar del dolor, conservan cierta nobleza. Para él, la pobreza no es calamidad: es el origen de una riqueza esencial, esa que se encuentra en los detalles del día a día iluminados por una esperanza humilde.
La narrativa de Camus es como un testimonio honesto, un canto íntimo de gratitud y rebeldía. Busca la verdad en el reverso de la vida —la miseria, la injusticia—, pero nunca pierde la fe en la bondad ni en el amor sencillo. Su prosa, marcada por imágenes y emociones muy sensoriales, deja entrever al hombre que será: el escritor comprometido con la justicia y la dignidad que dará forma a sus grandes obras futuras. Los ensayos son estampas vivas de infancia y juventud, en las que la luz y el polvo se mezclan con preguntas profundas sobre el sentido de la existencia humana.
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Primer libro de Albert Camus, una colección de ensayos sobre su patria y sus viajes escritos con toda la fuerza de la juventud
Ópera prima de Albert Camus, que la escribió con solo veintidós años, El revés y el derecho contiene cinco ensayos autobiográficos sobre el barrio de Argel, los orígenes del autor y dos viajes iniciáticos por Baleares y Europa Central.
Cargado de lirismo, el conjunto es un soberbio testimonio acerca de su juventud y el encuentro sensual con el mundo. Pero en estas páginas se oculta también, como afirmó el mismo Camus al final de su vida, el íntimo manantial de su obra, «las dos o tres imágenes sencillas y grandiosas» que nunca dejó de buscar «por los desvíos del arte».
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