En La glándula de Ícaro: el libro de las metamorfosis, Anna Starobinets despliega un conjunto de relatos que parecen espejos deformantes, donde lo cotidiano se retuerce hasta revelar un fondo oscuro y perturbador. Publicada por Impedimenta en 2023, esta antología nos invita a caminar por escenarios en los que la ciencia, la tecnología y las estructuras de poder se funden para moldear, y a menudo destruir, lo humano.
La autora rusa, apodada la “reina del terror”, no se limita a asustar con monstruos externos: sus criaturas nacen de dentro, de la carne, de la mente y de los sistemas que condicionan la vida. Con un estilo frío y preciso, Starobinets logra que lo inquietante se deslice como una corriente subterránea bajo escenas que, al inicio, podrían parecernos familiares.
El relato que da título al libro plantea un mundo en el que los hombres deben someterse a una operación quirúrgica para eliminar el deseo sexual. Lo que en apariencia es una solución higiénica para la sociedad, se convierte en una metáfora brutal sobre el control y la mutilación de la libertad individual. En “El parásito”, un niño enfermo empieza a transformarse y, en lugar de apoyo, su tragedia se convierte en espectáculo mediático y objeto de fervor religioso. Más adelante, “Spoki”, casi una novela corta, explora la relación inquietante entre una niña y una consola que, bajo la apariencia de juguete, revela las grietas más hondas de la dependencia tecnológica.
Cada relato es una metamorfosis: de los cuerpos, de las emociones, de las instituciones que se cuelan en la intimidad. La autora dibuja sociedades frías, distópicas, pero siempre reconocibles, como si se limitara a dar un paso más allá de lo que ya vivimos. Sus historias recuerdan a los episodios más turbios de Black Mirror, pero con una carga poética y una dureza lírica que las hacen únicas.
Lo que impacta en esta colección no es solo la imaginación perturbadora, sino la sensación de que estamos ante futuros que ya nos rozan. Starobinets escribe con una lucidez cruel, capaz de incomodar, pero también de conmover. Sus relatos son advertencias disfrazadas de pesadillas.
En definitiva, La glándula de Ícaro es un libro para lectores que se atrevan a mirar de frente la fragilidad de lo humano en un mundo que cambia demasiado rápido. Una antología que incomoda, fascina y deja huella.
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