viernes, 24 de octubre de 2025

Leído: Shhh de Magnhild Winsnes

Shhh - Magnhild Winsnes ; traducción de Ana Flecha Marco. Madrid : Liana Editorial, [2020]. 150 p.

Es verano. Hanna, que cada año pasa una semana de vacaciones en la casa de sus tíos junto al mar, llega ilusionada: su prima Siv está allí, como siempre, para correr por el bosque, bucear en el mar, capturar insectos juntas… como en los veranos anteriores.

Pero al instante Hanna percibe que algo se ha descompuesto: ese mundo que conocía ya no existe tal como lo recordaba. Siv, que antes compartía sus juegos sin reservas, ahora prefiere seguir a su hermana mayor, Mette, y a sus amigos; los retos inocentes del bosque o del mar han perdido parte de su brillo.

Hanna experimenta la extrañeza de ver cómo el escenario de su infancia (los paseos, las carreras, el agua salada, los insectos) se transforma en algo en transición: la risa compartida ya no es tan espontánea, los juegos ya no son “solo jugar”, y la cercanía de su prima ya no garantiza la complicidad de antes. Está sola, en buena medida, al borde del cambio, observando que su reflejo en el espejo del verano no encaja del todo: qué es ser niña todavía, qué es empezar a ser adolescente, qué se espera de ella.

La autora emplea la forma gráfica con gran sutileza: las viñetas no solo cuentan, sino que “muestran” el silencio que crece entre las niñas, la mirada que ya no se encuentra, la tensión de un cuerpo que cambia, el deseo de pertenecer. Tal como señalan las reseñas: «una novela gráfica sutil, hecha de colores, formas y palabras en perfecto equilibrio».

A lo largo de la semana, Hanna busca su lugar. Se enfrenta a nuevos códigos: las conversaciones susurradas, los secretos que se deslizan, las miradas que cambian, los juegos que ya no se nombran. Por un instante quiere seguir siendo la misma de siempre, la de capturar insectos, de correr libre por el bosque, pero también ve que eso ya no le basta. Y lo que viene después, lo que la prima ya anticipa y ella intuye, le produce vértigo y fascinación a partes iguales.

La atmósfera es ligera pero profunda: Winsnes retrata la transición de la niñez a la adolescencia “con humor y seriedad”. No se trata de un estallido dramático, sino de un lento desplazamiento, de un “todo cambia” que se insinúa en pequeñas cosas: un gesto, una palabra que ya no se dice, un traje de baño diferente, una mirada que dura más tiempo, un secreto que pesa. Para Hanna, los días de sol junto al mar se vuelven también días de reflexión: ¿quién soy yo ahora?, ¿quién van a ser ellos?, ¿qué me queda de lo que era?

La ilustración acompaña ese tránsito: la luz del bosque que entra entre las hojas, la inmensidad del mar, el silencio entre las hermanas… todo comunica más de lo que se dice. Como señala una reseña, “las escenas en las que la luz se filtra por las hojas de los árboles… son magníficas”. 

Y al final de esa semana, Hanna ya no es la misma que al llegar. Los insectos quedan aprehendidos, los juegos ya no se repiten como antes, la vocecita de la infancia se ha transformado. Pero a cambio ha ganado una nueva mirada, incómoda quizá, pero más consciente: observe lo que antes daba por seguro, sepa que hay otro paisaje dentro del verano, dentro de los días largos, dentro de ella.

En definitiva, Shhh es un retrato íntimo del umbral: ese momento delicado, a veces silencioso, a veces ruidoso en la mente, entre ser niña y convertirse en otra cosa. Una novela gráfica que funciona como un espejo para quien lo lea, haga memoria o viva ese cambio. Y lo hace con belleza, con sensibilidad, sin estridencias, dejando hilos abiertos, preguntas al lector, y emociones que probablemente seguirán resonando después de cerrar el libro.

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Como todos los años, Hanna va a pasar una semana de vacaciones a casa de sus tíos, con su prima Siv. Sueña con hacer carreras en el bosque, con competiciones de apnea en el mar y con capturar insectos juntas, como siempre han hecho. Sin embargo, nada más llegar Hanna se da cuenta de que algo ha cambiado. A Siv ya no le interesan los juegos de antes y prefiere correr detrás de su hermana mayor, Mette, y de sus amigos.
Premis Primer Premio del Ministerio de Cultura 2017
Premio de la Crítica al Mejor Libro Infantil y Juvenil 2017
Primer premi "Trollkrittet" 2017 al millor llibre debutant infantil i juvenil
"Best of show" 2018 - Premi Visual GRAFILL i "OR - Millor llibre infantil" 2018

martes, 21 de octubre de 2025

Leído: Cuenta a las abejas que me fui de Diana Gabaldon

Cuenta a las abejas que me fui - Diana Gabaldon ; traducción del inglés de Laura Fernández y Eduardo Hojman. Barcelona : Salamandra, julio de 2022. 1180 p.

La novela retoma la apasionante saga de Claire Randall y Jamie Fraser en un momento crítico: estamos en el año 1779, en las montañas de Carolina del Norte, y tras años de separación, el reencuentro “familiar”, Jamie, Claire, su hija Brianna, el marido de ésta Roger y la nueva generación, parece haberse consumado. Pero la paz es frágil: la Revolución estadounidense avanza, las lealtades se resquebrajan, los enemigos acechan, y el pasado (y el viaje en el tiempo) siguen dejando su huella.

La fuerza de esta entrega radica, como en los volúmenes anteriores, en la combinación de varios elementos: la recreación histórica rigurosa (la guerra, las tensiones coloniales), la aventura, el viaje en el tiempo que introduce lo fantástico, y sobre todo, las relaciones humanas: Claire y Jamie envejeciéndose juntos, sus pérdidas, sus miedos; la nueva generación enfrentándose al legado de los mayores. Según una reseña: “Atrapante desde la primera frase hasta la última… emociona ver cómo los vínculos … entre Jamie, Claire, Brianna, Roger se han estrechado tanto que conmueve”. 

Estructuralmente, el libro, de enorme extensión (alrededor de 1180 páginas), se divide en cinco partes principales y numerosos capítulos, lo que permite que la autora se detenga en los detalles, la vida diaria en la frontera, las estrategias de supervivencia, la política, los efectos de la guerra, sin descuidar la tensión narrativa. En parte es lo que los fans de la saga esperan: no solo acción, sino también inmersión. Una reseña lo resume así: “la escritura es densa, con descripciones muy detalladas … no decepciona en absoluto a pesar de ser la novena entrega de la saga”.

Lo que destaca:

  • El reencuentro “familia / clan” entre personajes que ya conocemos: tras los altibajos de entregas anteriores, ver a Jamie y Claire, Brianna y Roger, sus hijos, todos en el mismo escenario, genera una emotividad especial.

  • El contexto histórico: la Revolución estadounidense, la tensión entre colonos, británicos, lealtad, independencia, todo esto da fondo dramático a las acciones individuales. Según la sinopsis: “los efectos de la guerra se hacen sentir… No muy lejos de allí, el joven William Ransom aún se está reconciliando con la verdadera identidad de su padre …”. 

  • La continuidad del viaje en el tiempo: no solo es una novela histórica, sino también de fantasía o “realismo maravilloso” en cierto modo, porque el pasado (y lo que Claire vivió previamente) influye decisivamente sobre el presente.

  • El amor, la lealtad, el desgaste del tiempo: los personajes han envejecido, sus cuerpos, sus certezas cambian, y eso añade una profundidad emocional a la saga.

Matices / Aspectos menos fuertes
  • La longitud: 1180 páginas es sin duda mucho para un lector que no esté “metido de lleno” en la saga. Requiere tiempo, paciencia y muchas entregas previas leídas para disfrutarla plenamente.

  • La densidad descriptiva: si bien es uno de los atractivos, para algunos lectores puede resultar excesiva, capítulos largos, muchos personajes, múltiples hilos narrativos, lo que puede ralentizar el ritmo.

  • El hecho de que sea la novena entrega implica que si alguien llega sin haber leído las anteriores, puede sentirse “fuera” de algunos contextos o relaciones previas que están ya muy desarrolladas.


Cuenta a las abejas que me fui es una obra que recompensa a los lectores fieles de la saga: ofrece lo que esperaban, reencuentro, peligro, historia, amor, viajes en el tiempo, lo hace con una amplitud y ambición notables, y mantiene el tono y estilo que han hecho a Diana Gabaldon tan popular. Si tuviera que puntuarla: para los fans de la saga, un “imprescindible”, para lectores nuevos, una lectura que merece, pero para la que conviene comenzar por los primeros volúmenes de la saga. Personalmente la recomiendo para quienes disfrutan del “gran viaje” literario (no solo de 300 páginas, sino de mil), de la inmersión en mundos complejos y relaciones prolongadas, y de la mezcla de historia+tiempo+amor.

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En 1779, Claire y Jamie se reúnen con su hija Brianna, su marido, Roger, y su familia. Sin embargo, la Revolución estadounidense amenaza con distanciarlos de nuevo. En el interior de Carolina del Norte, los efectos de la guerra se hacen sentir. No muy lejos de allí, el joven William Ransom aún se está reconciliando con el descubrimiento de la verdadera identidad de su padre y lord John Grey tiene que afrontar su destino. Con la familia finalmente reunida, Jamie y Claire se arriesgan más que nunca.

lunes, 20 de octubre de 2025

Leído: Strange house = Casas extrañas de Uketsu

Strange houses = Casas extrañas - Uketsu ; traducción de Sandra Ruiz Morilla. Barcelona : Reservoir Books, julio de 2025. 219 p.

La novela abre con una premisa que parece, al principio, casi mundana: un escritor, atraído por lo extraño, recibe la consulta de un conocido que ha encontrado una casa en Tokio cuyos planos guardan una anomalía inquietante: un espacio oculto, “muerto”, entre los muros, una trampilla que no parece conducir a nada o cuyo propósito no se entiende. 

De entrada, la casa brilla por su luminosidad y aparente perfección, pero al examinarla más allá de la fachada, surge la sospecha de que “algo” ha sido diseñado para que en ella sucedan cosas que escapan al control. 

Desde ese punto de partida, Uketsu nos introduce en un ambiente de extrañeza estructural: pasillos que no llevan exactamente donde se espera, habitaciones con proporciones inusuales, planos “mal ajustados”, trampillas, huecos entre tabiques. Esa arquitectura extraña se convierte en metáfora (y a la vez en vehículo) del horror: lo que creíamos seguro, lo que llamamos hogar, se transforma en terreno movedizo, en espacio manipulable. La narración no insiste en fantasmas o monstruos clásicos; lo siniestro se aloja en lo doméstico, en lo reconocible que se tuerce. Como apunta la crítica, es “literatura del disloque, arquitectura del miedo, relato esquemático que funciona como espejo negro del lugar que llamamos hogar”. 

La voz narrativa mantiene un tono más bien sobrio, meticuloso, casi clínico: el análisis del plano, el cotejo de medidas, la comparación entre lo visible y lo oculto. Parece que el autor invita al lector no sólo a observar lo macabro, sino a participar como detective, al milímetro, en ese descubrimiento de la anomalía. De hecho, algunos lectores han dicho que la lectura se siente casi “interactiva” o “detectivesca”. 

En cuanto al ritmo: la novela es relativamente breve, lo que favorece una lectura ágil. Sin embargo, no todo es velocidad: el suspense está dosificado, y los giros llegan casi al final, cuando se comienza a desvelar que quizá no es una sola casa la que alberga secreto, quizá hay muchas más. Se instala la idea de que la anomalía no es casual, sino sistémica, y que la vivienda podría estar diseñada para «que en ella se cometan crímenes impunemente». 

Desde la parte temática, el libro explora cuestiones interesantes: la vulnerabilidad del espacio doméstico, la forma en que la arquitectura puede mediar —o facilitar— el mal, cómo lo oculto no está necesariamente fuera de la casa, sino dentro de sus muros, en los intersticios. También plantea un juego con la mirada del lector: ¿qué tan seguros estamos en lo que consideramos “normal”? Y especialmente: ¿qué sucede cuando la normalidad se diseña para engañar? Esa tensión entre lo cotidiano y lo aberrante es uno de los grandes logros del libro.

En resumen: Strange Houses = Casas extrañas es una novela que mezcla misterio, terror arquitectónico y análisis obsesivo de planos. Su fuerza reside en hacer que lo cotidiano se convierta en inquietante, que el hogar se sienta inseguro.

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Una siniestra habitación oculta. El espacio hueco entre dos tabiques. Una trampilla que no se sabe adónde da... Todas las casas esconden secretos, pero algunos son mucho más oscuros que otros. El análisis meticuloso del plano de una vivienda conduce, en los primeros compases de esta novela, a una conclusión inquietante: ¿alguien la ha diseñado para que en ella se cometan crímenes impunemente? Y, si es así, ¿podría haber otras casas tan extrañas como esa repartidas por todo Japón?

domingo, 12 de octubre de 2025

Leído: El días más largo de Mario Barrachina

El día más largo - Mario Barrachina. Barcelona: Planeta Comic, 2025. 152 p. 

Es de madrugada en la casa de Mario, pero la noche ya no da consuelo. Ha muerto el abuelo Ángel, justo cuando él está a punto de cumplir dieciocho, y esa muerte es como una luz demasiado fuerte que lo obliga a ver las cosas con claridad. Ya nada será igual.

El día comienza en el tanatorio: pasillos silenciosos, sillas incómodas, la familia congregada en ese espacio suspendido entre la vida y la muerte. El ambiente es frío, la piel se eriza, los latidos se hacen presentes incluso donde el reloj parece haberse detenido. Mario observa a los suyos, siente la voz de su madre, el llanto inconsolable de su abuela, los gestos contenidos de aquellos que han venido para acompañar. Cada vez que él quisiera gritar, se encuentra solo con la imposibilidad de decir lo que pesa.

Y sin embargo, ese día largo, tan largo, se entrecorta con recuerdos: veranos en el pueblo, tardes soleadas con el abuelo para regar, para pescar, juegos improvisados, risas que parecían no tener fin. Imágenes simples, pero vivas: la voz rasposa del abuelo contando historias, la manera en que se inclinaba para regar las plantas, o la sombra que proyectaba bajo el olivo viejo. Hay un sabor, en esos fragmentos, de ternura, de cotidianeidad, de hogar que aún late aunque ya no esté.

Mario Barrachina alterna entre el presente del duelo, el peso de la despedida, la ceremonia, la soledad, y el pasado que ilumina, que conecta, que hace entender quién era Ángel, por qué su ausencia duele tanto. No es solo el dolor de perder, sino la responsabilidad de recordar: de rescatar esas piezas pequeñas que conforman la identidad del abuelo y, a su vez, la propia identidad de Mario.

El dibujo acompaña el viaje: líneas sencillas, colores que se tornan grises y apagados en los momentos presentes, cálidos y vivos en los fragmentos de memoria. Cada viñeta funciona como un refugio o como un desgarro, dependiendo de cómo Mario permita que la palabra y la imagen imaginada se acerquen al lector. En los silencios entre las palabras, en los gestos mínimos, una mano que aprieta otra, una mirada que busca consuelo, ahí está la emoción más pura.

No hay artificios dramáticos exagerados. No hay escenas grandilocuentes. El cómic apuesta por lo íntimo, por lo humano, por lo real. Y es precisamente eso lo que lo hace devastadoramente bello: reconocer que el duelo no es una historia ordenada, sino un collage de instantes. Que el recuerdo puede doler y sanar a la vez. Que algunas preguntas no tienen respuesta, que algunas ausencias no se llenan, pero que seguir viviendo y recordando es una manera de mantener vivo lo que fue.

Al final, El día más largo no termina con una gran catarsis, sino con algo quizá más potente: la aceptación tenue, la continuidad. Mario no hace un adiós definitivo; más bien, traza una vía para que su abuelo permanezca en la memoria, para que su figura siga presente en sus días comunes, en sus silencios, en sus pensamientos. El día largo se acorta, tal vez, pero deja huella.

El día más largo es un debut que conmueve, un cómic que sabe que el dolor y la ternura pueden caber en la misma página. No es una obra de fantasía emocional, sino de verdad, esa verdad que duele, pero que también ensancha el corazón. Para cualquiera que haya amado y perdido, es un espejo, un abrazo. Y para quienes creen que los abuelos son solo sombras en las fotos antiguas, este cómic les recuerda que las vidas sencillas pueden ser las más profundas.

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Todos alguna vez hemos tenido que decir adiós a un ser querido.Todos alguna vez hemos tenido que decir adiós a un ser querido. Esa situación nos crea incertidumbre y tristeza, y lo que menos nos apetece es pasar el día en un lugar tan poco acogedor como un tanatorio. Mario, el autor de esta novela gráfica, vivió ese doloroso momento a punto de cumplir dieciocho años al tener que despedirse de su abuelo, una pérdida que supondría el comienzo de su madurez.Pero lo que amenazaba con ser un día horrible fue tenuemente iluminado por los recuerdos que vivió junto a él. A través de esta historia,...


sábado, 11 de octubre de 2025

Leído: Tatá de Valérie Perrin

Tatá - Valérie Perrin. Barcelona: Duomo Ediciones, 2025. 560 p.

Agnès, cineasta parisina desgastada por la distancia, la física, la emocional, con su pasado, entra en escena con una llamada que le hiela la sangre: le comunican que su tía Colette ha muerto. Pero algo no cuadra. Colette murió, de verdad lo sabe Agnès, tres años atrás, fue enterrada en el cementerio de Gueugnon, la ciudad borgoñesa de su infancia. ¿Y cómo puede ser que ahora pidan a Agnès que identifique un cuerpo con su nombre? Esa paradoja es la grieta por la que Valérie Perrin abre la novela, y a partir de esa fisura empieza a filtrarse la vida entera de Colette, esa tía a la que todos creían muerta, pero que, si alguna vez se fue, dejó algo más que silencio detrás. 

Desde esa llamada, Agnès se embarca en una búsqueda que es mitad detective, mitad retorno a casa. Regresa a Gueugnon, su pueblo natal, y recobra memorias, callejas, rostros de infancia, viejos amigos, e incluso olores y sonidos que había dejado atrás. Porque es ahí donde Colette vivió, donde dejó huellas, aunque Agnès no las hubiese visto, y secretos bien guardados. 

Colette era una mujer que para el mundo parecía no dejar huella: soltera, discreta, sin hijos, con una vida que desde afuera se leía como sencillísima. Pero poco a poco, con testimonios, con viejas amistades, con el contenido de una maleta llena de casetes, con confesiones retenidas que cobran vida al ponerse de nuevo en escucha, Agnès va reconstruyendo una historia que se revela mucho más compleja de lo que pareció. La mujer silenciosa que se creía conocida de tanto verla, resulta contener una vida laberíntica de secretos, de decisiones aparentemente pequeñas pero cargadas de consecuencias. 

El estilo narrativo entreteje el presente y el pasado: el presente de Agnès, su dolor, su distancia, su búsqueda; el pasado de Colette, los años escondida, los momentos de elección, los deseos invisibles, los silencios impuestos. A través de la voz de Agnès, que actúa como narradora en primera persona, el lector va dejando que lo desconocido le conmueva. Se escucha en esos casetes, se ve en las calles de Gueugnon, se huele en el aroma del hogar, y se siente en los huecos del silencio familiar. Perrin no huye del melodrama pero tampoco lo inaugura: lo sabe casar con lo cotidiano, con lo humano, con lo que duele porque no se dijo, porque se olvidó, porque el tiempo borró lo que parecía insignificante. 

Aunque a veces la intriga se enreda, la novela no es un simple rompecabezas de identidad: es una reflexión sobre la memoria, sobre los vínculos que creemos conocer, sobre las personas que creemos simples y resultan compuestas. Agnès aprende, y con ella el lector, que todos tenemos historias ocultas, que lo que pensamos sin importancia puede tener ecos ricos de verdad, amor, desilusión, arrepentimiento. Colette, la tía “silenciosa”, termina siendo una presencia gravitante: no por lo que hizo visible, sino por lo que dejó callado, lo que prefirió esconder, lo que quiso proteger. 

El escenario, Gueugnon, vestido con la bruma del olvido y la rutina del pueblo, de la industria, del fútbol, aporta ese aire de lugar conocido, familiar, lleno de detalles que hacían latir la infancia de Perrin, su Borgoña, que se convierte en personaje.

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Una novela luminosa sobre el peso de la memoria, los secretos familiares y la fuerza de los afectos

«Una narradora prodigiosa.» Elle

COLETTE ERA UNA MUJER SIN HISTORIA, PERO NO EXISTEN PERSONAS SIN HISTORIA…
Agnès no da crédito cuando la policía le pide que identifique el cuerpo de su tía Colette, que acaba de fallecer. No es posible, lleva muerta tres años; sus restos reposan en el cementerio de Gueugnon. Sin embargo, ahí está: es ella. Entonces, ¿quién yace en su tumba, tras la lápida con su nombre? ¿Y por qué Colette hizo creer a todos durante tres años que estaba muerta?
Gracias a viejos amigos, testimonios inesperados y una misteriosa maleta llena de casetes, Agnès comienza a desenredar secretos y a reconstruir la historia de una familia, la suya. Siempre había visto a su tía Colette como una mujer que pasó por la vida sin dejar huella, pero ahora entiende lo que nunca se debe olvidar: todos tenemos una historia, todos tenemos algo que contar.
¿Pueden las palabras, escritas o habladas, cambiar nuestro presente y, más aún, regalarnos otro pasado? Con una delicadeza conmovedora y una voz única, Valérie Perrin, la gran narradora de nuestras vidas, une el destino y las existencias de varias mujeres y firma una novela magistral que ilumina lo más profundo y humano que nos habita.

viernes, 10 de octubre de 2025

Leído: Les calces al sol de Regina Rodríguez

Les Calces al sol - Regina Rodríguez Sirvent. Barcelona : La Campana, abril del 2024. 466 p.



Les calces al sol es la primera novela de Regina Rodríguez Sirvent, una obra que ha irrumpido con fuerza en el panorama de la narrativa contemporánea catalana. A través de una mezcla de humor, emoción y profundidad, la autora propone un viaje tanto geográfico como interior, en el que la protagonista (Rita Racons) se enfrenta a sí misma, a sus expectativas, y a la sorpresa de lo desconocido.

Rita Racons, originaria de la Cerdanya, se embarca en lo que cree será una aventura veraniega para perfeccionar su inglés en Nueva York. Pero por una serie de malentendidos y azares lingüísticos, termina en Atlanta, en Estados Unidos, trabajando como au pair para la familia Bookland: tres niños, padres de alto nivel intelectual, exigentes en el plano cultural, pero también llenos de contradicciones humanas.

Lejos de ser una historia de choque cultural rígido, la novela explora con simpatía y ternura las fisuras, los malentendidos, la soledad, los descubrimientos. Rita está en constante proceso de adaptación: no solo al idioma, al país y a una familia muy diferente, sino a sus propios miedos, deseos y vacilaciones. A lo largo de la narración, se va definiendo lo que Rita realmente busca: no solo un trabajo, no solo independencia, sino una identidad más verdadera, una vocación: ¿qué es aquello que ha venido realmente a hacer?

Los Bookland son personajes contrastantes: por un lado, los ideales culturales e intelectuales que encarnan expectativas; por otro, las debilidades, el deseo de vivir más allá de la teoría, de sentir, de equivocarse. También los personajes secundarios, los niños, la abuela, los amigos que deja atrás, nuevas amistades, conforman un tapiz humano que dota de calor y de grietas al relato. Rita no se construye sola; es el mundo que la rodea el que le permite reconocerse, tropezar, reír y llorar.
Una de las grandes virtudes del libro es su tono: humilde, vivaz, sin pedantería. Regina Rodríguez Sirvent maneja un humor que nace tanto de la autocrítica como del absurdo de las situaciones —malentendidos lingüísticos, choques culturales, expectativas vs. realidad—, pero también sabe detenerse cuando lo que toca es reflexionar, emocionarse, enfrentarse al dolor o a la nostalgia.

La narrativa es clara, fluida, con capítulos que atrapan; en ningún momento la historia se siente solapada, sino más bien vive cada momento con intensidad. Hay ritmo: momentos de tensión, de comedia, de pausa interior. El viaje espacial (de Cataluña a Atlanta) y social es acompañado por un viaje emocional: Rita debe reconciliar lo que era, lo que creía que deseaba, con lo que encuentra al otro lado.
Les calces al sol aparece en un momento literario y social interesante: cuando la movilidad global, la emigración temporal, las diferencias culturales, la búsqueda de identidad más allá de los marcos tradicionales están cada vez más presentes en las vidas reales.

El libro dialoga con muchas lectoras y lectores que han salido de casa, que han tenido que reinventarse, que han vivido la desconexión y también la posibilidad liberadora del cambio. En ese sentido, la novela no solo entretiene, sino ofrece consuelo, permiso para equivocarse, para perderse, para abrirse, para encontrar que en los tropiezos también está la materia con la que se construye algo nuevo.

Además, su éxito editorial (ventas, adaptaciones en marcha, traducciones) indica que esas historias tienen hueco, que hay lectores que buscan relatos con humor, emoción, vulnerabilidad —y que no todo sea literatura destinada al canon academicista, sino literatura que empatiza, que se ríe, que llora, que hace pensar con ternura.

Les calces al sol es, en definitiva, una novela de iniciación que va más allá del mero pasaje estético o del choque de culturas. Regina Rodríguez Sirvent nos entrega una historia que divierte y emociona, que invita a la reflexión sin perder ligereza, y que deja el sabor de lo vivido. Aunque no reinventará todos los esquemas del género, su honestidad, su capacidad de generar empatía, su ritmo y su frescura la convierten en una novela recomendable para quienes buscan algo más que pasatiempos: una lectura capaz de acompañar, de levantar el ánimo, de hacernos mirar hacia adentro mientras viajamos hacia fuera.

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La Rita Racons se'n va als Estats Units a fer d'au-pair sense saber-ho del tot. Un bon dia es troba a l'aeroport de Barcelona preparada per agafar un avió que, teòricament, l'ha de dur a Nova York, on aprendrà angles durant l'estiu. Pero el seu ínfim coneixement de la llengua anglesa la porta, per carambola, fins a Atlanta, a casa dels Bookland, on tindrà cura dels tres fills de la família durant un any sencer.

jueves, 9 de octubre de 2025

Leído: La idea de ti de Amaya Ascunce

La Idea de ti : la vida tiene un plan y nunca es el que piensas - Amaya Ascunce ; ilustraciones de Ana Ayala. Barcelona : Bruguera, junio de 2022. 246 p.

La idea de ti se presenta como un viaje íntimo y valiente hacia las expectativas que cada persona alberga sobre su vida, frente al choque inevitable con la realidad, con sus desvíos y con aquello que no se planea pero termina marcando lo más hondo.

Amaya Ascunce arranca su narración desde un lugar muy personal: su deseo de ser madre, el anhelo de tener una vida “ordenada” con casa, perro, éxito, afectos; sueños muchas veces idílicos pero llenos de contradicciones internas. Frente a esa idea preconcebida de lo que debería ser su futuro, Ascunce va desmenuzando las experiencias que la alejan de ese guion: tratamientos, pérdidas, incertidumbres, silencios sociales. En ese sentido, el libro no es sólo confesión emocional, sino un espejo en el que muchas lectoras y lectores pueden reconocerse. 

Una de las virtudes del libro reside en su tono: honesto, sin temores de mostrar fragilidad, resistencia, fracaso, y también humor, ironía. No hay imposición de moraleja ni paseo triunfal; más bien, el encanto está en las contradicciones, en los matices, en los tropiezos. El estilo de Ascunce sabe cómo balancear lo confesional con lo universal, convirtiendo lo muy personal en una narrativa que interpela. 

El subtítulo “la vida tiene un plan y nunca es el que piensas” funciona como lema y como advertencia: lo que planeas hoy puede transformarse mañana, lo que creías seguro puede desordenarse, y eso no tiene por qué ser algo negativo. A lo largo del texto, se siente esa tensión entre lo que se desea y lo que se vive, entre las certezas jóvenes y las verdades que emergen con la experiencia. Uno de los capítulos más poderosos es cuando Ascunce habla de los tratamientos de fertilidad, no sólo como un proceso físico, médico, sino como una experiencia cargada de expectativas, pérdidas, de voluntad de controlar algo que, al final, escapa al control. 

También destaca cómo la autora reflexiona sobre la identidad más allá de los roles (madre, profesional, mujer), sobre las presiones sociales que tejen un guion no siempre elegido, y sobre la necesidad de redefinir lo que significa “éxito personal”. No es tanto un autoexamen amargo, sino una invitación a aceptar los desvíos y las redefiniciones, con compasión hacia una misma.

Entre los puntos débiles, podría decirse que para algunos lectores el ritmo puede resultar desigual: momentos intensos frente a pasajes descriptivos que parecen extenderse sin que siempre se perciba un avance narrativo claro. Asimismo, la autora comparte lo personal, pero hay pasajes en que ese intimismo podría ampliarse con más reflexión o contextualización para quienes no comparten experiencias semejantes; puede que ciertas referencias queden implícitas. En algunos fragmentos, el ideal deseado (“la idea de ti”) se siente idealizado sin suficiente contraste, lo que quizá reduzca el impacto emocional para quienes buscan narrativas más conflictivas.

En definitiva, La idea de ti es un texto que suma honestidad, emoción y reflexión. No es un manual, no pretende dar respuestas definitivas, sino acompañar, hacer sentir que no estás sola cuando la vida se tuerce, cuando los planes no se cumplen del modo en que los soñabas. Un libro esperanzador para quienes necesitan permiso para revisar su idea de lo que “se supone que debía ser” su vida.

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El regreso al mundo literario de Amaya Ascunce: autora superventas del fenómeno editorial Cómo no ser una drama mamá.
Amaya Ascunce, directora de ELLE digital, y reportera de diferentes medios, como Elle o El Semanal, y autora superventas de Cómo no ser una drama mamá (30.000 ejemplares vendidos) nos trae un retrato veraz sobre cómo la vida no suele acabar siendo lo que esperas.
Yo publiqué dos libros de maternidad sin ser madre. Soñaba con ser escritora, tener una casa en la playa, un perro y vivir de mi éxito. En lugar de eso, me gasté la mayor parte de mis ahorros en tratamientos de fertilidad. Y así es como la vida me dijo: Nena, deja de creer que tienes el control.
Este no es un libro de maternidad, ni de infertilidad, este es un libro sobre todo lo que creemos o esperamos de nosotros y de nuestra vida y de cómo revienta por los aires. Este es un libro sobre todas las veces que tuve que cambiar de opinión. Si todo va bien, y yo soy una persona que aprende, dentro de unos años, habré cambiado de opinión sobre la mitad de las cosas que cuento aquí. Ojalá tú también seas ese tipo de persona.
Un relato personal a la par que universal sobre las vueltas que da la vida, las expectativas que nos creamos y nos imponemos y cómo, a medida que crecemos, la vida nos hace cambiar de opinión.

miércoles, 8 de octubre de 2025

Leído: Mis días en la librería Morisaki de Satoshi Yagisawa

Mis días en la librería Morisaki - Satoshi Yagisawa ; traducción de Estefania Asins Ibañez. Barcelona : Plata, enero de 2023. 160 p.

Mis días en la librería Morisaki es una novela breve, pausada y reconfortante que explora cómo los libros tienen el poder de curar heridas, acercar personas y rescatar pequeñas parcelas de esperanza en medio del desencanto.

La historia se ubica en Jinbōchō, el barrio de Tokio famoso por sus librerías y editoriales. Es un lugar que respira literatura, escaparates repletos, calles de librerías de segunda mano, rincones donde el tiempo parece detenerse o al menos suavizarse. Allí está la librería familiar Morisaki, con su estructura pequeña, acogedora, un modesto espacio de madera con almacén en el piso superior, legado de generaciones.

La protagonista es Takako, de veinticinco años, cuya vida ha quedado desdibujada tras una traición amorosa: descubre que el hombre que amaba está casándose con otra mujer y que ella apenas conocía su verdadera relación. Dolida, renuncia al trabajo, se recluye, apaga su día a día. Es en ese momento cuando su tío Satoru, dueño de la librería Morisaki, le tiende una mano: la invita a trasladarse a vivir encima de la librería, a encargarse un poco de allí, como un refugio y un punto de reencuentro consigo misma.

Ese espacio íntimo entre libros, clientes curiosos, silencios cargados y lecturas inesperadas se convierte en el escenario de reconstrucción de Takako. Poco a poco empieza a involucrarse en la librería, a escuchar historias de los libros y de quienes la frecuentan. Empieza también a reparar la relación con su familia, descubrir la historia personal de su tío, sus propias fragilidades, y entender que vivir implica asumir pérdidas, aceptar los silencios, volver a confiar.

El estilo de Yagisawa es delicado, sin estridencias. No hay giros espectaculares, sino momentos cotidianos: una conversación con un cliente, una tarde leyendo, la curiosidad por un autor desconocido. Todo eso se construye de forma que el lector siente el peso de la melancolía, pero también la belleza de los detalles: cómo Takako va encontrando consuelo en los libros, en la rutina, en los gestos humildes.

Uno de los puntos más logrados es la ambientación: Jinbōchō se convierte en un personaje más, un refugio literario donde el ruido exterior (emocional, social) contrasta con el silencio tibio del lector, los estantes, la madera, el aroma de los libros. Esa atmósfera invita a la calma, al recogimiento, al brillo suave de pequeñas epifanías.

No obstante, la novela tiene también limitaciones. Algunos personajes quedan esbozados, ciertos aspectos de la trama podrían haberse explorado más: la relación con la expareja de Takako, por ejemplo, o ciertas motivaciones interiores del tío Satoru. Para algunos lectores quizá resulte predecible o demasiado “suave” en su recorrido emocional.

En su conjunto, Mis días en la librería Morisaki es una obra que no busca impresionar con grandes revelaciones, sino acompañar. Es ideal para quien disfruta de la literatura contemplativa, de las historias sanadoras, de las tramas que crecen en la lentitud. Un libro que reconforta, que invita a detenerse y mirar lo que hay alrededor, y que deja una sensación de paz al cerrar sus páginas.

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El barrio de las librerías y de las editoriales, paraíso de los lectores. Un rincón tranquilo y ajeno al tiempo, a pocos pasos del metro y de grandes edificios modernos. Filas y filas de escaparates llenos de libros, nuevos o de segunda mano. Tatako, con veinticinco años y una vida bastante descolorida, no suele frecuentar ese barrio. Sin embargo, es allí donde se encuentra con la librería Morisaki, que ha pertenecido a su familia durante tres generaciones. Una tienda de apenas ocho tatamis en un antiguo edificio de madera, con una habitación en la planta superior que se utiliza como almacén. Es el reino de Satoru, el excéntrico tío de Tatako, que, entusiasta y un poco trastornado, dedica su vida a los libros.


martes, 7 de octubre de 2025

Leído: Abandonner un chat - Souvenirs de mon père de Haruki Murakami

Abandonner un chat : souvenirs de mon père - Haruki Murakami ; traduit du japonais par Hélène Morita ; illustrations d'Emiliano Ponzi. [Paris] : Belfond, [2023]. 94 p.

Abandonner un chat : souvenirs de mon père es un texto breve, íntimo, reflexivo, en el que Haruki Murakami se aproxima a la figura de su padre a través de fragmentos de memoria, paisajes emocionales y momentos aparentemente cotidianos que cobran una carga simbólica. No es una biografía exhaustiva, sino más bien un mapa de huellas que configuran una relación padre-hijo marcada por el silencio, los malentendidos y las cicatrices de la historia.

El libro arranca con un recuerdo que es casi un acertijo emocional: cuando Murakami tenía unos cinco o seis años, él y su padre salen en bicicleta hacia la playa con la idea de abandonar un gato. Más tarde, al volver a casa, descubren que el gato había regresado. Murakami no recuerda la razón por la que iban a abandonarlo; recuerda muy vívidamente, en cambio, la expresión de sorpresa, admiración y alivio en el rostro de su padre al verlo de nuevo. Esa escena, aparentemente simple e inexplicada, pone en marcha todo un movimiento interior: la necesidad de entender quién fue ese hombre que lo engendró, lo educó y también lo esquivó en ciertos ámbitos; un hombre cuyas aspiraciones fueron alteradas por las guerras, por lo que tuvo que renunciar, por lo que sufrió y mantuvo en silencio.

A partir de ahí, el autor trabaja en reconstruir algo más que recuerdos: rastrea la historia personal de su padre, los ecos de los conflictos bélicos en Japón del siglo XX, las pérdidas, los sueños truncados, los gustos artísticos que quedaron como vestigios: por ejemplo su afición por los haikus, que cultivó hasta el final. También emerge esa tensión entre lo que el padre esperaba, lo que Murakami llegó a ser, y lo que quedó fuera de ese entendimiento mutuo.

El estilo de Murakami en este texto es particularmente marcado por la contención y la delicadeza. No hay exhibición de grandes revelaciones, sino una acumulación de pequeños indicios, de silencios, de instantes. 

Uno de los aspectos más poderosos de este libro resides en cómo logra conectar lo íntimo con lo colectivo: la historia de un padre marcado por la guerra, por la pérdida de posibilidades, por generaciones afectadas, pero al mismo tiempo un padre concreto, con defectos, sueños propios, silencios, que ama, que escribe haikus, que es humano en su fragilidad. Y Murakami, al reconstruir esa figura, también se reconstruye a sí mismo: cuestiona lo que heredó, lo que no supo, lo que no pudo compartir.

El texto, aunque breve (menos de cien páginas), deja tras de sí una resonancia duradera. Porque al lector le quedan preguntas: ¿hasta qué punto conocemos a aquellos de quienes provenimos? ¿Qué peso tienen los silencios y las ausencias? ¿Cómo las heridas colectivas afectan lo personal? Murakami no pretende contestarlo todo, sino ofrecer su testimonio, su búsqueda, y dejar espacio para que cada lector ponga los suyos.

En resumen, Abandonner un chat es un volumen de memoria suave, lleno de ternura y ambigüedad, que reclama una reflexión pausada sobre la paternidad, el deber de recordar, la identidad y el modo en que las historias propias están entrelazadas con la historia más grande. Aunque pequeño en extensión, resulta grande en emoción.

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Je suis le fils ordinaire d'un homme ordinaire. Ceci est parfaitement évident. Mais au fur et à mesure que j'ai approfondi cette réalité, j'ai été convaincu que nous sommes tous le fruit du hasard, et que ce qui a eu lieu dans ma vie, dans celle de mon père, tout a été accidentel. Et pourtant, nous les humains, ne vivons-nous pas en considérant comme la seule réalité possible ce qui n'est après tout qu'un simple fait dû au hasard ?

sábado, 4 de octubre de 2025

Leído:El revés y el derecho de Albert Camus

El Revés y el derecho - Albert Camus ; traducción de María Teresa Gallego Urrutia. Barcelona : Debolsillo, enero de 2022. 122 p.

"El revés y el derecho" es el retrato íntimo de un joven Albert Camus que, desde la periferia soleada de Argel, observa el mundo con ojos hambrientos de sentido y de justicia. Los ensayos recogen escenas luminosas de su infancia: la madre callada, la pobreza digna, los barracones donde la luz entra como el único lujo posible y cada caricia del sol en la piel compensa la falta de palabras.

El narrador recuerda a su madre trabajando en silencio, a los vecinos que arrastran la vida como si fuera una piedra suave bajo la que aún brilla el amor. Hay excursiones que llevan a Camus a descubrir el mar, las montañas y los paisajes humildes de Baleares y Europa Central, y cada viaje se convierte en una oportunidad para mirar de frente la tristeza, la soledad y también la esperanza.

Camus escribe como quien pone la mano sobre el pecho para buscar el latido oculto: no idealiza la miseria, pero encuentra en ella una riqueza invisible, una fuerza que lo empuja a buscar la belleza en los rincones más olvidados de la ciudad y del corazón humano. Su lenguaje es sencillo y sensual, tocado por el sol africano y la gratitud de estar vivo entre los pobres dignos, los ancianos sabios, los trabajadores callados, siempre con la certeza de que el reverso de la vida es tan importante como el derecho.

En el prefacio, Camus se despide de aquel joven que fue, reconociendo que en esos textos tempranos está el germen de su literatura y de su lucha: la defensa obstinada de la fraternidad, la compasión y la resistencia ante la injusticia y el dolor del mundo. "El revés y el derecho" es, así, la primera confesión de una voz que nunca dejará de buscar sentido y belleza en medio del polvo y la luz de la existencia cotidiana."El revés y el derecho" acompaña a un joven Albert Camus que recorre las calles de Argel bajo el sol abrasador, sintiendo el peso silencioso de la pobreza pero también el gozo intenso de la luz. Camus observa a su madre, figura central y silenciosa, cuya dignidad brilla más fuerte que cualquier penuria. La rutina es humilde y sin palabras, pero la caricia de la luz convierte cada momento en algo sorprendentemente hermoso.

Camus sale, viaja y se enfrenta a escenarios diversos: las montañas de Argelia, los paisajes de Baleares, las ciudades austeras del centro de Europa. En cada trayecto, enfrenta el lado oscuro de la vida —la tristeza, la soledad, la vejez—, pero no lo hace con amargura, sino con una mirada compasiva a quienes, a pesar del dolor, conservan cierta nobleza. Para él, la pobreza no es calamidad: es el origen de una riqueza esencial, esa que se encuentra en los detalles del día a día iluminados por una esperanza humilde.

La narrativa de Camus es como un testimonio honesto, un canto íntimo de gratitud y rebeldía. Busca la verdad en el reverso de la vida —la miseria, la injusticia—, pero nunca pierde la fe en la bondad ni en el amor sencillo. Su prosa, marcada por imágenes y emociones muy sensoriales, deja entrever al hombre que será: el escritor comprometido con la justicia y la dignidad que dará forma a sus grandes obras futuras. Los ensayos son estampas vivas de infancia y juventud, en las que la luz y el polvo se mezclan con preguntas profundas sobre el sentido de la existencia humana.
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Primer libro de Albert Camus, una colección de ensayos sobre su patria y sus viajes escritos con toda la fuerza de la juventud
Ópera prima de Albert Camus, que la escribió con solo veintidós años, El revés y el derecho contiene cinco ensayos autobiográficos sobre el barrio de Argel, los orígenes del autor y dos viajes iniciáticos por Baleares y Europa Central.
Cargado de lirismo, el conjunto es un soberbio testimonio acerca de su juventud y el encuentro sensual con el mundo. Pero en estas páginas se oculta también, como afirmó el mismo Camus al final de su vida, el íntimo manantial de su obra, «las dos o tres imágenes sencillas y grandiosas» que nunca dejó de buscar «por los desvíos del arte».

viernes, 3 de octubre de 2025

Leído: Como bestias de Violaine Bérot

Como bestias - Violaine Bérot ; traducción del francés de Pablo Martín Sánchez. Barcelona : Editorial Las Afueras, 2022. 138 p.


"Como bestias" narra la historia de un pueblo remoto en las montañas donde la aparición misteriosa de una niña y la presencia de un joven con fuerza sobrehumana y un don curativo para los animales convierten la vida de los habitantes en una trama oscura y mágica. La policía se involucra en la investigación para descubrir los secretos detrás de la niña y el joven, pero en este relato solo se escuchan las respuestas de los vecinos, nunca las preguntas, lo que convierte los interrogatorios en verdaderos monólogos cargados de sospecha, miedo y prejuicio.

La atmósfera se llena de rumores, leyendas y las voces del coro de las hadas, que añaden un aire de fábula y tragedia griega al paisaje rural. La novela no da espacio a los protagonistas principales, ni la niña ni el joven tienen voz, y toda su identidad se construye a través del prisma de los habitantes, revelando la manera en que la sociedad fabrica monstruos a partir de la diferencia y la exclusión.

La autora, Violaine Bérot, construye un alegato rural que mezcla lo mágico con lo real, a veces casi documental, en un ambiente gris y hostil, en el que la opresión y la incomprensión son el destino de los que se salen de la norma. Los capítulos se suceden como piezas de un puzzle en el que lo importante no es desentrañar el crimen, sino comprender el miedo hacia lo diferente y de qué están hechas las voces que lo señalan.

Al final, la narración se acelera y aparece una voz externa que da una explicación demasiado evidente, rompiendo el hechizo que hasta ese momento envolvía la novela con una crítica social y humana contundente. Esta decisión narrativa no impide que "Como bestias" resulte una obra magnética y conmovedora, capaz de dejar preguntas incómodas clavadas en el corazón del lector, mientras el mundo rural y sus secretos se tornan inolvidables.

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Un pueblo aislado en las montañas; un joven de fuerza sobrehumana con un don para sanar a los animales; una niña que aparece de la nada y que desata todos los rumores en un valle en el que todavía resuenan antiguas leyendas y misterios.



jueves, 2 de octubre de 2025

Leído: Ventisca de Marie Vingtras

Ventisca - Marie Vingtras ; traducción de María Teresa Gallego y Amaya García Gallego. Madrid : Nórdica Libros, 2023. 165 p.

Ventisca, de la escritora francesa Marie Vingtras, traducida con precisión y sutileza por María Teresa Gallego y Amaya García Gallego, es una novela breve pero intensa que nos sitúa en la dureza de Alaska, donde un niño desaparece en plena tormenta de nieve y, a partir de esa pérdida, la narración se despliega en múltiples voces. Cada capítulo ofrece la perspectiva de un personaje distinto, y así se va tejiendo una polifonía en la que todos guardan secretos, culpas, heridas del pasado que la ventisca parece desatar. Lo que en apariencia es la búsqueda de un niño se convierte en la exploración de vidas quebradas: un padre marcado por la guerra, un hombre aislado por sus traumas, una mujer que huye de sí misma, un entorno donde la hostilidad del clima refleja la intemperie emocional de quienes lo habitan. Vingtras combina frases cortas, casi cortantes, con una cadencia que transmite el frío, la angustia, la desorientación; la nieve no solo ciega y confunde, también desvela lo que se oculta en el silencio. La novela juega con el suspense pero no es un thriller convencional, sino más bien una indagación en cómo las personas afrontan la soledad, el dolor y la imposibilidad de redención completa. Cada voz añade una capa distinta al mosaico y el lector termina comprendiendo que la ventisca no solo ocurre afuera, en la naturaleza implacable, sino también dentro de cada uno de los personajes. El resultado es una narración breve pero cargada de intensidad, donde la tensión no se resuelve con un desenlace luminoso sino con una mirada más humana sobre la fragilidad y la violencia que llevamos dentro.
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Una tormenta de nieve está causando estragos en un pequeño pueblo de Alaska. En medio de la ventisca, un niño desaparece. En unos pocos segundos, justo el tiempo para volver a atarse los cordones de los zapatos, Bess se da cuenta de que ha perdido de vista al pequeño. Sale a buscarlo, seguida de cerca por los pocos habitantes de este extremo del mundo. Comienza entonces una frenética carrera contra la muerte, en la que se irá revelando el pasado de cada uno.

miércoles, 1 de octubre de 2025

Leído: Humus de Gaspard Kœnig

Humus - Gaspard Koenig ; traducción de Lydia Vázquez. Barcelona : Seix Barral, mayo 2025. 390 p.

Humus, de Gaspard Koenig, traducida al español por Lydia Vázquez, es una novela que parte de un gesto sencillo, la fascinación por las lombrices de tierra y su poder regenerador sobre el suelo, para desplegar una reflexión amplia sobre la crisis ecológica y las tensiones humanas que la acompañan. 
La historia sigue a dos estudiantes de Agronomía, Kevin y Arthur, que asisten a una conferencia sobre geodrilología y quedan marcados por esa imagen del humus como base de la vida. Desde ahí sus caminos se bifurcan. Kevin, de origen campesino, emprende una startup de compostaje con lombrices, convencido de que el capitalismo verde puede ser rentable y útil a la vez, mientras Arthur, hijo de la burguesía y heredero de unas tierras maltratadas por los pesticidas, se empeña en regenerar el campo desde lo local y artesanal, con paciencia y terquedad. Lo que comienza como un proyecto compartido y una amistad sólida se convierte poco a poco en una confrontación de visiones: la tensión entre idealismo y pragmatismo, entre las exigencias del mercado y la pureza de los sueños, entre la urgencia por actuar y la lentitud que a veces exige la naturaleza. En ese trayecto aparecen las contradicciones sociales, la desigualdad de clases, el acceso desigual a recursos y capital, la hipocresía de ciertos discursos políticos y la dificultad de sostener una ética sin grietas en un mundo donde todo se mercantiliza. Koenig combina sátira e ironía con un tono reflexivo que a ratos se acerca al ensayo, y aunque en ocasiones el relato se vuelve más expositivo que narrativo, logra mantener vivos a sus personajes, complejos y verosímiles en sus dudas y contradicciones. Humus no ofrece soluciones fáciles ni un final reconfortante; más bien deja abierta la sensación de que seguimos en un momento decisivo, en el que los sueños ecológicos pueden volverse acción o diluirse en desencanto. 
La novela conmueve porque reconoce esa mezcla de esperanza y melancolía: esperanza al mostrar que es posible imaginar otra forma de habitar la tierra, y melancolía al recordar lo arduo que resulta sostener los ideales frente al peso del mundo real.
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Dos estudiantes de Agronomía angustiados por la crisis medioambiental se proponen cambiar el mundo con la audacia de la juventud: Kevin, hijo de agricultores, lo intenta con una start-up que le convertirá en el chico de moda del capitalismo verde. Arthur, hijo de la burguesía, lucha por regenerar un terreno familiar arruinado por los pesticidas. Uno se eleva en el ascensor social mientras el otro parece caer sin remedio.