En Una casa en La Ciudad, Ilu Ros nos invita a entrar en un territorio íntimo, a medio camino entre la memoria y la reconstrucción emocional. La autora, conocida por su trazo sensible y su mirada cercana, regresa en 2023 a Londres, la ciudad en la que desembarcó más de una década antes, joven y cargada de ilusiones, con apenas mil euros en el bolsillo. Ese regreso funciona como detonante: cada esquina, cada calle y cada piso diminuto evocan fragmentos de su pasado, trabajos precarios, amistades, soledades y sueños aplazados.
La novela gráfica está construida como un cuaderno de viaje emocional. Ros combina ilustraciones, bocetos y collages con textos breves, casi susurros, que transmiten su desconcierto y sus descubrimientos. El blanco y negro y los estallidos de color marcan los cambios de tiempo y de ánimo; en sus páginas el Londres gris de la llegada se contrapone al Londres luminoso, visto desde la distancia de los años. Es una experiencia casi física: uno siente la humedad del piso compartido, el frío de los parques, el calor de los bares pequeños y la nostalgia que impregna cada reencuentro.
Más que contar una historia lineal, Una casa en La Ciudad construye un mapa emocional: la búsqueda de hogar, la precariedad de la emigración, la identidad en tránsito, el deseo de pertenecer y al mismo tiempo de seguir siendo uno mismo. Ros no edulcora: habla con honestidad de la frustración, de los trabajos que no encajan con los sueños, del miedo a no encontrar lugar. Pero también celebra los hallazgos: las amistades que sostienen, los aprendizajes, el crecimiento personal.
El estilo de Ilu Ros es profundamente visual pero también confesional. Cada viñeta parece un recuerdo capturado a mano alzada, con trazos rápidos que transmiten urgencia, mezclados con composiciones más pausadas que invitan a detenerse. La lectura se convierte en un viaje interior tanto para la autora como para quien lee.
Al final, Una casa en La Ciudad es menos una crónica de Londres que una reflexión sobre lo que significa “casa” cuando se vive entre fronteras, afectos y recuerdos. Es un libro que acompaña, que abre preguntas y no necesariamente da respuestas, pero que deja la sensación de haber compartido una experiencia auténtica y valiente. Para quienes han migrado, o para quienes se han sentido alguna vez en tránsito, esta novela gráfica resonará como un espejo: íntima, luminosa y profundamente humana.
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