lunes, 2 de octubre de 2017

Leído: Fruta prohibida de Jeanette Winterson

Fruta prohibida - Jeanette Winterson. Barcelona: Lumen, 2017. 235 p.
Tít. orig.: Orange Are Not the Only Fruit

Hace tiempo que la obra de Winterson ¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal?, donde habla de su infancia, extraña con una madre chiflada religiosa. Esta madre la adopta con el objetivo de convertirla en una misionera de su fe, una especie de protestantismo, en África, pero la niña les salio rebelde, y descubrió que era lesbiana, una pecadora. Y en esta novela autobiográfica Winterson explica la historia, por primera vez, ya que esta novela es de 1985 y la de ¿Por qué ser feliz...?de 2011.

Los capítulos de la novela son los primeros libros de la Biblia y en cada uno de ellos Winterson explica su adolescencia, teniendo como madre a una fanática religiosa activa y como padre a un personaje que no merece ni un párrafo enero, imagínate su invisibilidad, y esto hay que sumarle el descubrimiento de una sexualidad diferente, y saber que le gustan las mujeres.

Mientras en su obra posterior Winterson carga contra su madre aquí su primera obra le perdona casi todo bajo la regla del amor filial.

Ciertas descripciones de la escuela me recuerda las descripciones de Caitlin Moran, la escritora feminista, pues ambas son contemporáneas, mujeres y de zonas deprimidas de Inglaterra. 

Ahora Winterson está promocionando una nueva novela, El hueco del tiempo y estos días han salido bastante artículos de ella en la prensa y la verdad es que parece bastante honesta y realista y sin pelos en la lengua

A ver si consigo la nueva novela.
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Capítulos:
Genésis
Exodo
Levítico
Números
Deuteronomio
Josué
Jueces 
Ruth
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«Los curiosos siempre corren algún peligro. Si eres curioso, cabe la posibilidad de que nunca vuelvas a casa, como los hombres que ahora conviven con sirenas en el fondo del mar.»
Jeanette Winterson

En los momentos cruciales de su infancia, Jeanette Winterson siempre tenía a mano una naranja: la agarraba, la pelaba y la comía como si esta pieza de fruta fuera a consolarla de todos sus males. Más tarde descubrió que existía fruta distinta, más sabrosa, pero había que comerla a escondidas, lejos de las habladurías de la gente y de la mirada inquisidora de su madre; era fruta prohibida, pero valía la pena correr el riesgo y disfrutar de aquella delicia.

Adoptada por un matrimonio evangélico de una pequeña ciudad industrial inglesa, Jeanette Winterson creció a la sombra del fervor religioso de toda una comunidad. Los primeros años de su vida fueron un ir y venir entre feligreses seducidos por los sermones y las palabras de la Biblia, el único libro que circulaba por su casa, pero cuando tenía poco más de diez años la niña supo que ella era distinta y que las leyes de su cuerpo la llevarían a descubrir otra forma de amar.

Jeanette se fue de la ciudad, y cuando tenía veinticuatro años escribió Fruta prohibida, esta conmovedora crónica del paso de la adolescencia a la edad adulta que entusiasmó a los lectores de entonces y sigue siendo una guía espléndida para caminar por la vida.

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