El último club de lectura del CCBC hacían leer este ensayo y la novela El círculo, y dado que es un tema que me interesa especialmente la relación del hombre con las nuevas tecnologías decidí leerme ambas obras. El círculo hace unos días que la reseñe, y hoy le toca a Atrapados: cómo las máquinas se apoderan de nuestras vidas.
En este ensayo el autor explica la historia de la automatización de las tareas centrándose en dos materias concretas, como son la aviación y la medicina, especialmente la de atención primaria. Y basándose en estas dos áreas explica la evolución y los pros y los contras de este proceso de cómo las máquinas, en este caso concreto, los ordenadores se va apoderando poco a poco de las tareas repetitivas y a veces funcionan mejor que las personas. Pero también se habla desde el punto de vista humano y cómo con tanto ordenadores el hombre va perdiendo capacidades cognitivas, y recomienda que no dejemos de hacer cosas por qué las hagan los ordenadores, ya que se va comprobando que poco a poco perdemos capacidades, con lo que está en contra de la digitalización total especialmente en la infancia y adolescencia, ya que es un perjuicio contra el desarrollo de la persona.
Una obra muy interesante que te hace reflexionar sobre a donde nos llevará la tecnología y su aplicación en la vida cotidiana.
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En el trabajo nos empujan a participar en todo tipo de actividades que los seres humanos consideran bastante satisfactorias. Somos más felicies cuando estamos absorbidos por una tarea dificil, una tarea que tiene metas claras y que nos obliga no solo a ejercitar nuestro talento, sino a estirarlo. Nos sumergimos tanto en el flujo de nuestro trabajo, por usar el término de Csikszentmihalyi, que obviamos las distracciones y trascendemos la ansiedad y las preocupaciones que asolan nuestra vida cotidiana. Nuestra atención, habitualmente caprichosa, se fija en lo que estamos haciendo. "Cada acción, cada movimiento y pensamiento sigue idefectiblemente al anterior", explica Csikszentmihalyi, "Todo tu ser está implicado, y estás utilizando tus habilidades en su máxima expresión". Semejantes estados de concentración profunda pueden ser inducidos por todo tipo de esfuerzos, desde colocar azulejos a cantar en un coro o practicar el motocross. No tienes que estar ganando un salario para gozar del éxtasis del flujo.
Cuando no estamos trabajando, no obstante, nuestra disciplina vacila y nuestra mente se disipa con mucha frecuencia. Puede que anhelemos el fin de la jornada laboral para poder empezar a gastar la paga y pasarlo bien, pero la mayoría de nosotros malgasta sus horas de ocio. Apartamos el trabajo duro y raramente nos embarcamos en aficiones exigentes. En su lugar, vemos la televisión o vamos a un centro comercial o nos metemos en Facebook. Somo vagos. Y después nos aburrimos y nos irritamos. Desconectados de cualquier foco externo, nuestra atención se vuelve hacia nosotros mismo, y terminamos encerrados en lo que Emerson llamó la cárcle de la conciencia de uno mismo. Los empleos, incluso los cutres, son "en realidad más fáciles de disfrutar que el tiempo libre", dice Csikszentmihalyi, porque tienen retos y metas "integradas" que "alientan a uno a implicarse en el propio trabajo, a concentrarse y perderse en él". Pero no es eso lo que nuestras mentes engañosas quieren que creamos. A cada oportunidad nos libraremos con gans de los rigores del trabajo. Nos condenaremos a la inactividad.
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Un potente e inquietante análisis de nuestra dependencia de las nuevas tecnologías, por el autor de Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?
¿Somos capaces de decidir qué tareas dejamos en manos del ordenador y cuáles nos reservamos? ¿Dedicamos nuestra atención a lo que queremos? Las nuevas tecnologías suponen un ahorro de trabajo, pero ¿podrían erosionar nuestra libertad?
Cada día, diversas aplicaciones nos ayudan a hacer ejercicio o incluso buscar pareja. Confiamos en una voz artificial que nos guía paso a paso hasta nuestro destino. Las redes sociales nos incitan a recuperar amistades. La automatización es imparable y ya se está apropiando incluso de las profesiones más cualificadas: los software substituyen el ojo clínico del médico, el oído del músico, la mano del arquitecto o la pericia del piloto. Coches que conducen solos, ataques con drones militares... La realidad supera con creces lo que hasta hace poco nos parecía ciencia ficción.
Tejido a base de curiosidades históricas y lúcidas descripciones de las últimas tendencias tecnológicas, económicas, psicológicas y neurocientíficas, Atrapados nos brinda una visión realista y alarmante de un poderoso fenómeno que está determinando nuestras vidas.Carr lleva años cuestionando las ventajas reales de las tecnologías de la información y favoreciendo el debate sobre un tema controvertido que nos afecta a todos.