Libros leídos, películas vistas, curiosidades de la vida, cosas tejidas a ganchillo
lunes, 21 de febrero de 2011
Vivido: La importancia de las personas
En esta época  totalmente globalizada donde da igual comprar en un sitio o en otro, ya que los  productos son los mismos y los precios sólo varian un céntimo arriba o abajo,  voy a comprar a sitios donde lo que importa es la persona, por lo que compro  siempre el diario en el Manu, aunque su quiosco me obligue a dar un paseillo,  pero su simpatia y amabilidad valen la pena; compro en el Suma por la Eva,  cariñosa y buena persona y si no está no entro, el señor Joan no me convence;  compraba el pan donde la Pili, que siempre tenía un detalle con mi speedy  (ahora me pilla muy lejos para ir cada día, ¡que lástima¡); tomo el café con  Miguel Angel y Mikel (que saben mi nombre y mis preferencia el café con leche  con leche tibia, por que si está hirviendo me quemo la boca); el fin de semana  tomo el café con las chicas y el chico de la cafetería del Suma por que núnca  ponen ninguna pega a las exigencias del speedy, y aunque tire el zumo o hable  con voz alta, no le miran mal  y siempre tienen la sonrisa en la boca; iba  a la tintorería per la chiquita joven que sonreía a mi speedy con todo su  corazón, deje de ir cuando ella se marcho a otra tienda de la cadena; compro los  embutidos en el Mir, por la simpatía y buenhacer de los dos señores y por que  siempre le dan de probar sus productos a mi speedy (a mi no, jejeje); compro los  pasteles en la pastelería Turró, siempre que esté la dueña, que es todo  sonrisas, evito a su ayudante, el serio, eficiente pero  serio.   Evito comprar el pan  en la panadería de lado de casa, de una conocida franquicia, donde la señora que  lleva trabajando toda la vida no sonrie ni aunque en eso le fuese la vida y  encima el pan, igual de malo que en la mayoría de panaderias, vale más caro; no  compro las pastas de bolleria en la tienda al lado del Mir por que todas las  dependientas parecen zombies ni sonrien ni hablan, deben tener una clausula en  el contrato que se lo impide; evito hacer cola en el Bonpreu con la cajera que  un día me tiro el carnet al suelo a propósito (menuda elementa); uff, si  continuo seguro que encuentro muchos de estos "indeseables" que trabajan de cara  al público y no saben... 
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No podía ser de otra manera, Encanto. Por eso te quiero tanto amiga mía.
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