En mi trabajo hay un teléfono público justo al lado de la puerta de "mi despacho" y veo a menudo a los estudiantes y pacientes pelearse con ella, y tratarla como si estuviesen tratando con un dinosaurio. Me hace gracia que todavía en pleno 2011 haya gente que no tiene teléfono móvil, y encuentro entrañable quien se niega a tener.
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