lunes, 22 de diciembre de 2014

Leído: La danza de la gaviota de Andrea Camilleri


Curiosamente aun entusiasmándome la novela negra, no me acaba de convencer Andrea Camilleri y su personaje el Comisario Montalbano, y es que lo encuentro tanto el autor como el personaje demasiado machistas, y ya se que es a causa de la sociedad siciliana, pero aun así no me convence. A pesar de todo intento de vez en cuando volver a darle una oportunidad y ahora fue a La danza de la gaviota, con una historia de asesinatos en diferentes poblaciones de la isla, con su eterna enamorada abandonada en casa, y con un compañero de comisaria desaparecido.

Esta novela de misterio está bien planteada (a priori tienes que conocer la historia de Montalbano y sus compañeros y "compañera") y al final todo cuadra, con lo que es una obra de misterio redonda.

Y continuado con mi crítica principal, creo que esta novela vuelve a tratar temas que no me gustan, como las relaciones sentimentales/sexuales entre hombres maduros (eufemismo de mayores) y

mujeres jóvenes que quieren conseguir algún objetivo, ya sea económico o de otro tipo.

Una novela que les gustará a los seguidores de Montalbano, y puede servir para que lo conozcan a quien lo hayan leído.
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El insomnio ha vuelto a sacar al comisario Montalbano de la cama. Al amanecer, con una taza de café en la mano, sale a la terraza para contemplar el mar y asiste a un solitario y lúgubre espectáculo: en la arena, una gaviota enferma, o quizá herida, parece ejecutar una extraña coreografía antes de caer fulminada, como si la vida se resistiera a abandonar su cuerpo para siempre. La imagen suscita en el comisario los mismos sentimientos fúnebres e insidiosos que en los últimos tiempos han enturbiado su mente, y se le antoja una especie de premonición. Y lo es. Las vacaciones que Montalbano tenía previsto disfrutar junto a Livia se frustran cuando Fazio, la inestimable mano derecha del comisario, sencillamente desaparece del mapa. No ha vuelto a casa, su teléfono está desconectado y sólo se sabe que iba a encontrarse con alguien en el puerto. Sus compañeros se temen lo peor, y la visión de su querido Fazio herido, o tal vez muerto, mortifica a Montalbano de tal forma que no reparará en esfuerzos para encontrarlo.

Bien entrado en la cincuentena, Salvo Montalbano vive cada día más angustiado por los efectos de la edad y el desencanto. En otro sutil toque de humor de su genial creador, los acontecimientos de La danza de la gaviota transcurren cerca del lugar donde se está rodando un episodio de la famosa teleserie sobre Montalbano. Por supuesto, éste evita a toda costa cruzarse con el actor que lo interpreta, que es mucho más joven y atractivo, aunque difícilmente tan irresistible para las mujeres como él.

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