El título indica que este libro te alegrará la vida, y así es, en efecto, por qué numera los 50 placeres de la lectura según Daniel Gray. He disfrutado mucho con este libro y reconozco que muchos de estos placeres también los comparto.
Este libro aúna dos de mis debilidades, las listas (soy una gran fan) y libros que hablan de libros.
En cada placer el autor explica el por qué, y de hecho se podría reescribir con las explicaciones de cada lector. Quizás lo haga para mi deleite personal.
Una obra deliciosa.
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Los 50 placeres íntimos:
1. Dedicatorias manuscritas en libros viejos
2. Visitar casas ajenas e inspeccionar las bibliotecas
3. Puntos de libro improvisados
4. Leer en la cama
5. Empezar un nuevo libro
6. Cuando los amantes se reúnen
7. Leer en una tienda de campaña
8. Borrones, manchas y otros recordatorios
de dónde y cuándo se leyó un libro
9. Librerías de viejo
10. Ocultar a tu pareja que has comprado más libros
11. Abandonar una lectura
12. Leerle a un niño
13. Leer un libro sobre un lugar que nunca visitarás
14. Sentirse desamparado tras concluir un libro
15. Notas al margen
16. Perder una tarde organizando estanterías
17. Novelas que hacen llorar
18. No «entender» un libro del que todo el mundo
habla maravillas
19. Adaptaciones buenas para cine y televisión
20. El olor de los libros, viejos y nuevos
21. Esperar con impaciencia la siguiente entrega
de una serie
22. Morirse de risa leyendo
23. Bibliotecas
24. Grandes librerías
25. Descubrir un autor con una inmensa obra
y ponerse al día
26. Observar cómo aprende a leer un niño
27. Releer uno de nuestros libros favoritos
28. Cuando el argumento cobra sentido
29. Comprar una edición de lujo que no cabe
en la estantería
30. Dedicatorias de autores
31. Leer en un bar
32. Espiar qué leen los demás
33. Salas de libros caóticas y propietarios entusiastas
a la búsqueda de un volumen para prestarnos 34. Entusiasmarse al hablarle de un libro a alguien
35. Libros prístinos
36. La contracubierta
37. Leer en el transporte público
38. Viajar en un atlas
39. Irse a vivir con alguien y descubrir libros duplicados
40. Regalar un libro
41. El sosiego de una sala de lectura
42. Fingir haber leído algo que se debería haber leído
43. «Bibliotecas» de hoteles, hostales y casas
rurales
44. Embutir un libro en una estantería
45. Elegir las lecturas para las vacaciones
46. Notar el cosquilleo de la poesía
47. Recordar un libro de la infancia
48. Perderse consultando el diccionario
49. Notar que un libro está hecho para ti
50. Terminar un libro, dejarlo sobre la mesa
y reflexionar sobre él
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Empezar un nuevo libro, visitar otras casas y cotillear entre las estanterías, recordar una lectura de la infancia, el olor de los libros, dedicar una tarde a organizar la biblioteca, leer en la cama, esperar con impaciencia el siguiente de la trilogía... Existen innumerables pequeños —y grandes— placeres en el ritual de la lectura y todo lo que lo rodea. Pues aunque quizás cada vez nos parezca más difícil encontrar ese momento para nosotros —cada vez estamos más distraídos y «conectados», más saturados de información y acelerados—, sabemos lo mucho que obtenemos al parar y (re)encontrarnos con un buen libro, el pequeño paraíso que supone en nuestro día a día. Porque leer es mucho más que un pasatiempo. No hay nada mejor que descubrir en el tren a alguien leyendo tu libro preferido, o encontrar un objeto olvidado entre las páginas de esa vieja novela, o leer esa dedicatoria escrita sólo para ti. Esta obra es una carta de amor dirigida a los libros y a las librerías, a los amantes de los libros, a las muchas y a la vez universales formas de leer y a todas las delicias que sólo los buenos lectores conocen. 50 momentos de felicidad relacio- nados con la lectura para celebrar el placer que nos une, para perderse y encontrarse.
Es cierto...hay cosas que tooodos hacemos ante un libro.
ResponderEliminarBesitos.