Una nueva novela protagonizada por el detective loco de Eduardo Mendoza. En mi adolescencia una de las novelas que más leí fue El misterio de la cripta embrujada, por qué era lectura obligatoria en el instituto, y me parecía tan transgresora y adulta que me fascinó, con el tiempo también me di cuenta que una de las tretas literarias de Mendoza es la exageración hacia lo grotesco. Y luego obviamente me he ido leyendo todas su novelas, El laberinto de las aceitunas, que me gusto, y El enredo de la bolsa y la vida, que me decepciono, con lo que no sabía como sería esta nueva novelas y me he acercado temerosa por si me decepcionaba, pero oooohhhh me ha encantado y la recomiendo especialmente.
En esta aventura el detective loco, un venerable anciano que continua trabajando en el restaurante chino de El enredo de la bolsa o la vida, recuerda gracias a la mordedura de un perro un caso que investigo hace casi 30 años, allá por los años 80, y cómo gracias a su maravillosa tarjeta rosa de transporte público (tarjeta que tiene los jubilados barceloneses) consigue solucionar todo el caso en un único día. Cómo siempre aparece su hermanda Candida, y un sinfín de secundarios a cual más delirante, como la señorita Westinghouse (por cierto la lavadora de casa de mis padres era de esta marca) y su alter ego el Capitán Westinghouse, o otros personajes que no tienen desperdicios. Y otro aspecto que me ha llamado la atención es la pobreza económica de la mayoría de los personajes, a pesar de vivir en Pedralbes y/o Sarrià (las zonas en teoría adinerada de Barcelona, a ver donde los exduques de Palma tenían su pequeña chabolita) y cómo gestionan esta pobreza, dando lugar a situaciones inverosímiles, y que a menudo tienen un punto de ruindad.
Una novela muy entretenida y que sigue la estela de la obra de Mendoza de su detective loco.
---
Vuelve el detective loco de Eduardo Mendoza. En la nueva novela de Eduardo Mendoza, El secreto de la modelo extraviada, el detective loco que protagonizó El misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas y recientemente El enredo de la bolsa y la vida recuerda un caso aparentemente cerrado de los ochenta y no ceja en su empeño de resolverlo más de veinte años después. El detective más divertido de la narrativa española nos cuenta aquí su doble aventura: «Para el que ha pasado buena parte de su vida encerrado en un manicomio, aunque sea injustamente, como es mi caso, una reacción absurda no tiene nada de particular, aunque eso suponga meterse en líos. La cuestión es que un incidente trivial me trajo recuerdos y viajé al pasado (con la memoria, ya he dicho que no estoy loco). Años atrás me vi envuelto en un asunto feo. Habían asesinado a una modelo y me culpaban a mí. Por supuesto, sin razón: una modelo no haría caso a un tipo como yo ni asesinándola. Simplemente, había un oscuro enredo, estaba metida gente importante y pensaron que yo podía servir de cabeza de turco o de conejillo de indias, o como sea que se llame el desgraciado que paga los platos rotos. Para salvar el pellejo tuve que recurrir a mi ingenio y a métodos poco convencionales y pedir ayuda a personas de mi círculo, no siempre recomendables. No sé si salí bien parado del intento, pero salí. Ahora todo aquello ya es agua pasada. Sin embargo, un impulso me ha hecho volver sobre mis pasos, recorrer los antiguos escenarios, buscar a las personas que fueron protagonistas de aquel oscuro caso, y resolverlo por fin. Pero las cosas han cambiado. No sólo las personas y la forma de vivir, sino sobre todo la ciudad. En aquella época, Barcelona era una cochambre. Hoy es la ciudad más visitada y admirada. ¡Quién nos lo iba a decir! La Barcelona del presente no tiene nada que ver con la Barcelona del pasado. ¿O sí?»
---
Vuelve el detective loco de Eduardo Mendoza. En la nueva novela de Eduardo Mendoza, El secreto de la modelo extraviada, el detective loco que protagonizó El misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas y recientemente El enredo de la bolsa y la vida recuerda un caso aparentemente cerrado de los ochenta y no ceja en su empeño de resolverlo más de veinte años después. El detective más divertido de la narrativa española nos cuenta aquí su doble aventura: «Para el que ha pasado buena parte de su vida encerrado en un manicomio, aunque sea injustamente, como es mi caso, una reacción absurda no tiene nada de particular, aunque eso suponga meterse en líos. La cuestión es que un incidente trivial me trajo recuerdos y viajé al pasado (con la memoria, ya he dicho que no estoy loco). Años atrás me vi envuelto en un asunto feo. Habían asesinado a una modelo y me culpaban a mí. Por supuesto, sin razón: una modelo no haría caso a un tipo como yo ni asesinándola. Simplemente, había un oscuro enredo, estaba metida gente importante y pensaron que yo podía servir de cabeza de turco o de conejillo de indias, o como sea que se llame el desgraciado que paga los platos rotos. Para salvar el pellejo tuve que recurrir a mi ingenio y a métodos poco convencionales y pedir ayuda a personas de mi círculo, no siempre recomendables. No sé si salí bien parado del intento, pero salí. Ahora todo aquello ya es agua pasada. Sin embargo, un impulso me ha hecho volver sobre mis pasos, recorrer los antiguos escenarios, buscar a las personas que fueron protagonistas de aquel oscuro caso, y resolverlo por fin. Pero las cosas han cambiado. No sólo las personas y la forma de vivir, sino sobre todo la ciudad. En aquella época, Barcelona era una cochambre. Hoy es la ciudad más visitada y admirada. ¡Quién nos lo iba a decir! La Barcelona del presente no tiene nada que ver con la Barcelona del pasado. ¿O sí?»
No hay comentarios:
Publicar un comentario