domingo, 14 de agosto de 2016

Leído: Una muerte muy dulce de Simone de Beauvoir

Simone de Beauvoir, Una muerta muy dulce. Barcelona: Edhasa, 1984. 155 p.

La primera vez que leí esta novela fue el verano de 1992, concretamente en julio, y la recuerdo como una obra muy triste y por qué la recuerdo tan bien, por qué me dio la sensación de ser más adulta, de crecer como lectora, el hecho de leer a Simone de Beauvoir, la gran feminista francesa.
Y ahora 24 años después y con mi madre muerta, me atrevo volver a leerla. Me ha impactado mucho su lectura, y acabe llorando como una magdalena, grandes lagrimones me caían mientras leía el último capítulo. Y es la historia de la agonía y muerte de Françoise de Beauvoir me ha parecido tan real que me ha hecho recordar mi pasado, ahora que va a hacer casi 10 años de la muerte de mi madre. Prácticamente no hablo con nadie de esto, en alguna conversación con mi hermana, ella acostumbra a rememorar cosas positivas de mi madre en relación con sus hijos; con mi hermano nunca la mencionamos, y con mi padre, surge para comentar cosas sueltas y la preservación de su tumba. Y yo pienso a menudo en ella, y me como las palabras.

La obra de no ficción explica detalladamente el ingreso en el hospital tras una aparatosa caída en su casa de  Françoise y cómo en é le descubren un cáncer metástasico, que hace que tenga una breve agonía (aunque eterna para su familia) y una muerte muy dulce, como le dice la enfermera a Simone de Beauvoir. Pero, ¿que es una muerte dulce?, puede ser alguna muerte dulce.

Una obra antigua que me ha impactado por la similitud con la agonía y muerte de mi madre.
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«No hay muerte natural: nada de lo que sucede al hombre es natural puesto que su sola presencia pone en cuestión al mundo. La muerte es un accidente, y aun si los hombres la conocen y la aceptan, es una violencia indebida.»
En Una muerte muy dulce (1964), se describen las seis semanas de enfermedad y agonía previas a la muerte de la madre de Simone, Françoise de Beauvoir. Ese breve lapso temporal le ofrece a la autora la posibilidad de indagar sobre las coincidencias, paradojas y contradicciones del vínculo que mantiene con su madre. En este relato, la muerte como situación límite es un nuevo punto de partida, un espacio de autoconfrontación con algunas reflexiones teóricas de El segundo sexo (1949).

1 comentario:

  1. Tuve que estudiar a esta autora en filosofía y por eso conozco su modo de pensar. Debió de ser duro por la similitud de la situación de tu madre, pero me alegra que te tocara el corazón la lectura.
    Un beso, nos leemos.

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