Memorias de Leticia Valle - Rosa Chacel. Barcelona: Diario El Público, 2010. 190 p.
Aprovechando la campaña de "Adopta una escritora" decidí leer a Rosa Chacel, escritora de la generación del 27, desconocida para mi, y olvidada para la mayoría.
¿Por que cuando se habla de la generación del 27 o la del 98, sólo se habla de hombres? ¿No había mujeres? Si las había, pocas, pero las había, y en este caso Rosa Chacel pertenece a esta minoría.
La novela ambientada en la decada de los años 20 en España, después de la guerra del Rif, o también conocida como la guerra de Marruecos, explica la vida de Leticia de 12 años, que ve como la vuelta de su padre, excombatiente de esta guerra, implica dejar la ciudad de Valladolid y ser llevada al pueblo de Simancas, a unos 20 kilometros, donde vivirá sola con su tía Aurelia, que se desentiende de ella para cuidar con esmero a su hermano, el padre de Leticia. Y con este abondono moral, Leticia decide ir primero a la escuela del pueblo y luego a la casa del archivero del pueblo donde primero la mujer del archivero y luego el, le dan clases en un nivel más elevado, y donde a la larga se masca la tragedia. Tragedia que no acabe de entender, porque queda todo muy discreto, pero que leyendo otros blogs sobre la novela pude entender. Y todo va en la línea de la novela de Nabokov: Lolita.
La novela está muy bien escrita, con un castellano excelente, que me produce una sana envidia, y la historia muy comprometida para su época.
La recomiendo para leer algo diferente de una escritora poco conocida
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A punto de cumplir los doce años, Leticia, huérfana de madre, se traslada con su padre, un militar que acaba de regresar de la guerra de Marruecos, y con su tía Aurelia a Simancas (Valladolid). Allí, la niña, dueña de un talento extraordinario y de sorprendente madurez, recibirá clases de música en casa de Luisa, una mujer hermosa y “mundana” –en palabras de Leticia–, con la que entablará una estrecha amistad. Daniel, marido de Luisa, entra en la vida de Leticia cuando comienza a darle clases para no desaprovechar el gran talento de la niña.
En Memorias de Leticia Valle, Rosa Chacel desarrolla de forma magistral la capacidad de seducción de la pequeña Leticia, quien, con perversa ingenuidad, juega con su propia pasión y con las pasiones que desencadena.
Esta novela fue galardonada con el Premio Castilla y León de las Letras en 1991.
Estoy muy contenta que hayas rescatado de la memoria del lector a esta autora y esta obra, hay muchísima gente que incluso declarándose grandes lectores desconoce por completo no sólo a la gran Chacel, si no a toda la generación del 27.
ResponderEliminarBuena reseña.
Un beso.