Pura pasión - Annie Ernaux. Barcelona: Tusquets, 1993. 75 p.
La pasión, territorio destinado a la adolescencia, también puede ser en la madurez, y aquí es donde Annie Ernaux nos explica su pasión por un hombre, cuando ya era una mujer adulta y madura.
Con un lenguaje directo nos explica como vivió durante casi un años su pasión por un diplomático de un país del Este, ella una auténtica parisina. Y da detalles, sensaciones, de una pasión que la condena a estar esperando la llamada de su amante, y de no poder hacer nada de nada, y que la idiotiza hasta el extremo de perder trabajos (ella era autónoma) y dejar su vida en un "standby" permanente.
Me ha gustado mucho y ahora quisiera leer más de esta autora.
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«A partir del mes de septiembre del año pasado, no hice otra cosa que esperar a un hombre : que me llamara y que viniera a verme» ; así empieza la historia sobre la pasión de una mujer culta, inteligente, económicamente independiente, divorciada y con hijos ya mayores, que pierde la cabeza por un diplomático de un país del Este «que cultiva su parecido con Alain Delon» y siente especial debilidad por la buena ropa y los coches aparatosos. Si el tema que da lugar a esta novela es aparentemente trivial, no lo es en absoluto la vida que lo alienta. Muy pocas veces antes se había hablado con tan descarnado descaro, por ejemplo, del sexo masculino o del deseo que idiotiza, que trastoca. La escritura aséptica y desnuda de Annie Ernaux consigue introducirnos, con la precisión de un entomólogo que observa un insecto, en el febril, extasiado y devastador desvarío que cualquier mujer -¿y cualquier hombre ?-, en cualquier lugar del mundo, ha experimentado sin duda al menos una vez en su vida.
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