Un pequeño texto donde Belén Gopegui repasa la vida de sus padres, incidiendo en la vida de su madre, un ama de casa de clase acomodada que lucho por los intereses de las familias con niños con parálisis cerebral, y luego por la justicia en Argentina, apoyando a las Madres de la plaza de Mayo. Y nos inculca que ninguna acción es pequeña, y que a pesar de que su padre trabajo en la NASA y desarrollo un gran carrera profesional, quien siempre estuvo allí su madre, con una capacidad de trabajo bárbara.
La conferencia englobada en grandes genios y grandes musas rompe con la imagen del famoseo para hablar de personas anónimas.---
Resulta imprescindible reclamar, preguntar: ¿qué hay de lo que millones de mujeres no fueron?. Pregunten a sus madres, mientras puedan. Y si ya no están o si han perdido la memoria, pregunten a las personas que las conocieron. Pregunten, porque cada historia tiene su valor irreemplazable.
El libro más personal de Belén Gopegui: un texto poderoso, leído en su día como conferencia, que reivindica a todas las mujeres cuyos logros no han visto la luz.
«Resulta imprescindible reclamar, preguntar: ¿qué hay de lo que millones de mujeres no fueron?»
«Pregunten a sus madres, mientras puedan. Y si ya no están o si han perdido la memoria, pregunten a las personas que las conocieron. Pregunten, porque cada historia tiene su valor irreemplazable.»
En este elocuente y concentrado texto, Belén Gopegui recurre a su historia familiar, más en concreto a la figura de su madre, para poner de relieve el valor de tantos destinos de mujer que, precisamente por serlo, han quedado relegados o truncados. La historia de Margarita Durán convoca muchas otras y es un documento conmovedor y necesario para la tarea, aún pendiente, de repensar el mundo desde una perspectiva ampliada y contribuir de este modo a transformarlo.
«Hay cientos de miles de vidas de mujeres que no sólo merecen ser contadas, sino por las que hemos de luchar para que se cuenten, porque ganarle la pelea a las estructuras depende también de las historias que tengamos. A ver, no es que sería bonito o interesante que se contaran, es que las necesitamos para entender lo que nos está pasando. Sabemos bien que no todo en ellas fue perfecto. Hubo errores, muchos causados por esa vida pública que se entromete en el clima personal, y otros por la obcecada y casi infinita capacidad humana de equivocarnos. Sea como sea, queremos conocer.» Belén Gopegui
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