Una de mis escritoras favoritas, Sue Grafton, con su personaje una mujer detective, que ejerce de investigadora en un mundo asociado tradicionalmente a los hombres. Me he leído todo, todo el alfabeto del crimen, y lo recomiendo fervorosamente, por ser la protoganista una mujer, y no ser "Miss Marple", y por dar una visión diferente del mundo de detectives, quizás ahora nos parezca tan natural hablar de una mujer detective pero hace 20 años era una cosa escasa.
Ahora ya tengo entre las manos la letra U, y la V que ya está a la venta espero que me la traigan los reyes magos.
Es el mes de diciembre, y Kinsey Millhone atraviesa una época de calma. Tiene entre manos un caso rutinario: una colisión entre dos vehículos, que ha de investigar para el abogado Lowell Effinger. Sin embargo, a medida que avanza en sus pesquisas, empieza a sospechar que la mayoría de los implicados, incluidos los testigos, no son lo que parecen. Además, la tranquilidad de Kinsey se ve perturbada cuando Gus Vronsky, un vecino que no se distingue precisamente por su amabilidad ni su buen humor, sufre una caída y no puede valerse por sí mismo; contrata entonces a Solana Rojas, una enfermera que habrá de cuidarlo y tras cuya aparición Gus parece ir de mal en peor. Para colmo, Henry, el octogenario casero de Kinsey, se echa novia e insiste en que la detective le dé su opinión. Inmersa de pronto en todos estos asuntos que no le dan respiro, Kinsey se ve obligada a agudizar su olfato de investigadora, pues tendrá que lidiar con peligrosos psicópatas, con desaprensivos inquilinos y caseros y con ciudadanos aparentemente honestos que, de una manera u otra, hacen trampa y ocultan una identidad irredenta.
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