viernes, 15 de febrero de 2019

Leído: Lectura fácil de Cristina Morales

Lectura fácil - Cristina Morales. Madrid: Anagrama, 2018. 424 p.

Todas las críticas lo dejan con una lectura imprescindible de la nueva narrativa, y por eso me anime a leerlo. El inicio me pareció muy diferente a lo que estoy habituada pero a medida que avanzaba su lectura cada vez lo encontraba más pesado. Tarde un buen rato en entender los diferentes grados de disminución de las cuatro protagonistas, y en situarme en sus historias.
La parte de los juzgados donde las protagonistas intentan explicar a la señora jueza ciertas situaciones me han parecido largas, a pesar de ser básicas para entender el porque de la historias
Toda la parte donde se explica como funcionan los movimientos alternativos especialmente el okupa en Barcelona me ha parecido sumamente interesante. Y la vida de las protagonistas en RUDIS y CRUDIS me ha sorprendido, ya que es una realidad que desconocía, en mi entorno pocas personas con discapacidad intelectual trato.
A pesar de todo, su lectura me ha enseñado un par de nuevas cosas sobre mi entorno ciudadano y otras realidades.
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Son cuatro: Nati, Patri, Marga y Àngels. Son parientas, tienen diversos grados de lo que la Administración y la medicina consideran «discapacidad intelectual» y comparten un piso tutelado. Han pasado buena parte de sus vidas en RUDIS y CRUDIS (residencias urbanas y rurales para personas con discapacidad intelectual). Pero ante todo son mujeres con una extraordinaria capacidad para enfrentarse a las condiciones de dominación que les ha tocado sufrir. La suya es la Barcelona opresiva y bastarda: la ciudad de las okupas, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, los ateneos anarquistas y el arte políticamente correcto.
Esta es una novela radical en sus ideas, en su forma y en su lenguaje. Una novela-grito, una novela politizadora que cruza voces y textos: un fanzine que pone en jaque el sistema neoliberal, las actas de una asamblea libertaria, las declaraciones ante un juzgado que pretende esterilizar forzosamente a una de las protagonistas, la novela autobiográfica que escribe una de ellas con la técnica de la Lectura Fácil…
Este libro es un campo de batalla: contra el heteropatriarcado monógamo y blanco, contra la retórica institucional y capitalista, contra el activismo que usa los ropajes de «lo alternativo» para apuntalar el statu quo. Pero es también una novela que celebra el cuerpo y la sexualidad, el deseo de y entre las mujeres, la dignidad de quien es señalada con el estigma de la discapacidad y la capacidad transgresora y revolucionaria del lenguaje. Es sobre todo un retrato –visceral, vibrante, combativo y feminista– de la sociedad contemporánea con la ciudad de Barcelona como escenario.
Lectura fácil confirma a Cristina Morales como una de las voces más potentes, creativas, inconformistas e innovadoras de la literatura española actual. De ella ha dicho la crítica:
«Una escritora exquisita y arriesgada que posee una mirada única y punzante que la diferencia del resto de propuestas literarias del momento» (María Jesús Espinosa de los Monteros, Mercurio).
«Una fuerza de la naturaleza… La escritura de Morales es poderosa y se coloca en las antípodas de la corrección política» (Marta Sanz, ABC).
«Una de las voces más originales e impactantes de la literatura actual» (Xavi Ayén, La Vanguardia).

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Aunque yo no había terminado de hablar, íbamos juntas y calladas hacia el guarro metro. No contagio de locuacidad a mi prima, es ella quien me contagia de silencio a mí. Como tantas otras veces, me arrastraba la espiral del silencio, que no consiste simplemente en callar. Consiste en, partiendo de una situación inmediatamente anterior en la que hablabas, dejar de hablar porque te sientes sola en tus motivos. Te entra el complejo de haber hablado demasiado aunque en realidad no has hablado demasiado, lo que pasa es que nadie te ha respondido, ni para apoyarte ni para contradecirte. Tampoco es que hablaras sola: había más gente, esa gente te escuchaba y puede que hasta estuviera de acuerdo contigo, pero la única que hablaba eras tú. Te quieren hacer tragar el brebaje de ideíllas religiosas según las cuales tu silencio no es claudicación y sometimiento sino elevación, distinción, respeto, cuando en realidad lo que ese silencio dice es que calladita estás más guapa. ¡Qué dolor, pensar que Marga también quería llevarme por el sumidero de la espiral del silencio!



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