De Ian McEwan he ido leyendo cosillas a lo largo, y el otro día me llego este Jardín de cemento, y en un tris lo leí.
La novela explica la vida de cuatro hermanos durante un verano inglés de sus vidas, después del fallecimiento del padre y la larga enfermedad de la madre. Y cuando hay niños y adolescente entre medio sin control parental, acaban desembocado en situaciones duras y difíciles.
Los ingleses están convencidos que los niños y adolescentes sin control acaban haciendo barbaridades, como por ejemplo El señor de las moscas de William Golding o las historias de Peter Pan, y McEwan continua con esta idea, es curioso porque esto en el mundo hispano no se da tanto.
El protagonista es el hermano medio, un adolescente de 15 años, que vive ese verano como el último de su infancia y el primero de la adultez, apoyado por una hermana mayor de unos 17 años que juega a ser mujer, con novio incluido. Y los hermanos pequeños se dejan llevar por la situación y acaban siendo los grandes perdedores.
Y con el fin del verano todo se reconduce, para bien o para mal.
---
En una casa de los suburbios de Londres, vive un familia como cualquiera otra, hasta el día en que fallece el padre y en que los hijos deben asumir la gestión de la casa y de sus propias vidas, ya que la madre padece una grave enfermedad que la obliga a permanecer encerrada en su cuarto. Esta repentina e inesperada ausencia de la autoridad, del punto de referencia que siempre es un padre, lleva esta pequeña comunidad de adolescentes a crear una nueva organización, un nuevo sistema de vida, que, gracias a una gradual escalada de insólitas situaciones, los convierte en seres extraños, que actúan de un modo poco usual, ajenos a las normas que rigen una sociedad patriarcal como la nuestra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario