No había leído nada de Jacinto del Rey y cuando recibí el
libro de la editorial Suma de Letras para que lo leyese y lo reseñase me pareció interesante.
En la faja adjunta se lee “Un debut literario destinado a
perdurar en el tiempo. Una hermosa novela llena de ternura, amor y coraje en
tiempos de odios y desolación” Maria Dueñas y en la parte trasera “La técnica
de Kent Follett, la emoción de Tatiana de Rosnay y el suspense de Markus Zusak
en un estilo único”
La novela ambientada en Francia (Aix-en-Provence, Paris, Morly, Aviñón) y Alemania (Berlín) explica la vida de Mathilde Friedber, joven berlinesa
en 1938, hija del barón Von Eisler, director de propaganda del Tercer Reich, y
que está casada con Joel, un judío, y que sufre los avatares de la II GM en su
propia piel y en la de su familia, primero huyendo a París y luego a la
Provenza en Francia, donde nace su hija, Marie, y donde participará en las
escaramuzas de la Resistencia. Y paralelamente se explica también la historia
de Paul Chevalier, de familia cultivadora de lavanda en la Provenza, y de su
amor por Sophie, la hija del Boche, y hermana de Henri, un asesino psicópata
que dará mucho juego en la novela. Y cómo obviamente las dos tramas acabarán
entremezclándose dando lugar al emotivo título del libro y que da ganas de
llorar.
Una interesante novela sobre la II GM escrita por un autor
nacional y que ambientada en esa zona tan maravillosa como es la Provenza le da
un plus de interés.
«Entonces reparó en Mathilde [...]. Le bastó una ojeada para saber que no podría hacer nada por ella. Mathilde movió un brazo con dificultad, sacó una fotografía del bolsillo y susurró:
-Dile a Marie que la quiero.
Paul acarició sus cabellos, guardó el retrato de la niña y besó el rostro de Mathilde. A partir de ese momento, nada volvería a ser como antes.»
Jacinto Rey hilvana una novela que muestra un tapiz de historias protagonizadas por seres humanos golpeados por una guerra que los pone al límite. Acción y emoción se dan la mano para dar sentido a unas palabras que son el motor de una búsqueda, de una posible salida al horror. Dile a Marie que la quiero es una novela magistral, muy bien documentada, que recrea una época convulsa, llena de luces y sombras, para encender la llama de la esperanza en medio de la oscuridad. La mirada y el estilo de Jacinto Rey y su habilidad para construir tramas que nos transportan en un viaje laberíntico a momentos críticos de la historia, especialmente duros, no han pasado desapercibidos por los editores internacionales que ven en Rey atisbos del mejor Ken Follett, Tatiana de Rosnay o Marcus Zusak.
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