La trama comienza justo donde termina su inmediata predecesora, “Solas”, publicada hace solo diez meses. El suspense se intensifica a cada momento. Los personajes, muy bien desarrollados, se ven envueltos en una trama criminal que amenaza con desencadenar consecuencias devastadoras. La tensión es palpable tanto en los protagonistas del lado de la ley como en aquellos que no lo están. Las relaciones personales y emocionales están cuidadosamente tratadas, lo que hace que los personajes sean creíbles y humanos.
La prosa de Javier Díez Carmona es impecable. Su estilo, envuelto en una poesía encubierta, es arrollador. La exposición de hechos y la relación entre acción y escenario son admirables. Las primeras páginas ya dan muestra de su habilidad para crear una lectura absorbente y fluida. No hay nada superfluo; todo interesa.
"Venganza” se sumerge en una realidad criminal de tráfico de drogas, prostitución, palizas, mutilaciones y asesinatos salvajes. Las redes criminales, sin escrúpulos, están decididas a hacer cumplir su voluntad con la máxima violencia.
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La inspectora Miren Ruíz de Heredia ha aprendido una gran lección: hay que desconfiar siempre de la primera versión de los hechos. Tras los funestos sucesos ocurridos en la comarca de Las Encarnaciones, Miren sigue pensando que algo no encaja, que hay alguien más detrás de tanta sangre. Su obsesión es el viejo Osmany Arechabala. Pero para demostrar que el cubano tuvo algo que ver, deberá dar con él antes de que lo hagan otros… Y es que Osmany no está solo en el punto de mira de la inspectora; son muchos los que no soportan que haya metido las narices en los turbios asuntos que el Bilbao más oscuro y despiadado intenta ocultar.
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