La Plaça del Diamant - Mercè Rodoreda. Barcelona : Club Editor, 2016. 286 p.
He leído La plaça del Diamant dos o tres veces, en diferentes momentos de mi vida, y tengo diferentes percepciones de la novela, en función de mi momento vital, pero aun así un sentimiento que persiste es que Natalia es un poco tonta, seguramente hay gente que me diria que es una mujer de su tiempo y que se deja llevar, pero no puedo evitar pensarlo.
Toda su vida se reproduce según los cánones de la época, galantea con chicos, se casa, tiene hijos, padece hambre, padece una guerra, enviuda, se recasa, y vive en teoría feliz, con un buen hombre, que hace de padre de sus hijos y que a ella la trata como una señora, y aun así Natalia nunca es feliz, le falta algo, y no es la madre que se le murió cuando era pequeña.
Me ha vuelto a gustar porque explica una parte de la historia de Barcelona que me parece muy interesante.
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La vida de Natàlia es capgira quan coneix en Quimet: el seu nom canviarà i passarà a dir-se Colometa, i la seva petita vida personal, plena de maldecaps, es barrejarà amb els grans esdeveniments col·lectius que sacsegen la societat catalana del primer terç del segle xx: la República, la guerra, la postguerra. Colometa en viu les conseqüències, sola i amb els seus dos fills, fins que, en un procés d'alliberament del passat i de reconciliació amb un present ple de mancances, recupera la seva pròpia identitat.
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