De Alison Bechdel ya me había leído sus casi todas anteriores obras (Fun home, Vaya par de bolleras,...) y he de reconocer que me gusta mucho.
Aquí una obra autobiográfica habla de su pasión por el deporte a lo largo de su vida y de todos los deportes que ha practicado, y cómo gracia a eso ha podido constatar el envejecimiento de su cuerpo y la evolución social del deporte amateur en nuestra sociedad. Bechdel siempre realiza deportes solitarios que no necesitan hacerse en equipo y eso le ha servido para reflexionar y como válvula de escape para toda su energía.
A mi esta obra me ha servido para reflexionar en mi biografía deportiva, y comprobar como se aleja drásticamente de las experiencias de Bechdel.
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Durante toda su vida, Alison Bechdel ha buscado un secreto escurridizo. Ha rastreado en sus libros preferidos, en las vidas de sus ídolos, en el celibato, en el poliamor, en el activismo y en la terapia psicológica, pero sobre todo en su pasión casi obsesiva por hacer ejercicio: esquí, running, kárate, ciclismo, yoga... lo que fuera. Sin embargo, al hacerse mayor, el cuerpo ya no siempre le sigue, quizá porque el secreto más importante de todos no esté donde una espera.
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